Economía

La Junta se aferra a la fusión de las andaluzas tras el batacazo

Vuelve a llamar a Caja Granada a una alianza hacia la gran caja.

el 16 jul 2010 / 22:00 h.

Ni autocrítica en público ni reproches a ningún cajero. Oficialmente, el "máximo respeto" a la decisión del Banco de España. Oficiosamente, enfado, desolación y sabor amargo. El Gobierno andaluz durmió el jueves sin la certeza oficial de que Cajasur iba a salir de Andalucía pero con muy malos augurios. Una llamada del gobernador del Banco de España al presidente José Antonio Griñán entrada la mañana confirmó a la BBK como la ganadora.

Minutos después el presidente de la caja vasca mantenía una conversación "muy correcta" con el presidente andaluz. Era la peor noticia posible para un Gobierno que, con su presidente a la cabeza, se ha mojado públicamente en los últimos días todo lo posible para que la entidad de la Iglesia quedara en manos andaluzas. Todos los llamamientos han fracasado y han evidenciado el escaso peso político andaluz en el sistema financiero.

Griñán suspendió su agenda abruptamente y reunió a su círculo más cercano en la Casa Rosa. Hasta hoy no saldrá a la palestra. Ha suspendido su presencia en Madrid en una reunión clave del comité federal del PSOE. En su entorno no ocultan que es un gesto claro de enfado con la dirección de su partido.

El presidente dejó en manos de su consejero de Economía, Antonio Ávila, las primeras reacciones oficiales. A la Consejería la notificación oficial de la subasta llegó a las 13.15 horas. Aproximadamente una hora después, Ávila negó que la adjudicación a la caja vasca sea un fracaso para su Gobierno o tenga coste político para Griñán, a pesar de que hasta el último minuto se hayan sucedido manifestaciones públicas reclamando que Cajasur no saliera de la tutela andaluza. La Junta, advirtió, vigilará la implantación de la BBK, sobre todo de la Obra Social y de los trabajadores.

Ávila culpó exclusivamente a la Iglesia, que frustó la operación de fusión con Unicaja y se entregó al Banco de España, de la fuga de Cajasur. Sobre qué hubiera pasado si las cajas andaluzas hubieran acudido juntas a la puja como reclamó el Gobierno, sólo dijo que eso es ya "historia ficción". Pidió "seguir trabajando y mirando al futuro" y apremió a la fusión de Unicaja y Cajasol como el gran objetivo. "No es la hora de las lágrimas sino del sudor", concluyó.

El Gobierno sabe que sólo esa fusión podrá enmendar el sonoro batacazo. Únicamente si Braulio Medel y Antonio Pulido sacan adelante la integración de sus entidades -y no es nada fácil- quedará a salvo el guión de una gran caja que Griñán dejó escrito en el Parlamento el pasado 24 de junio y que hasta ahora nada más que ha recibido reveses. El consejero de Economía dejó de nuevo abierta la puerta a Caja Granada para que se sume a una gran caja andaluza.

Ávila manifestó que otros SIP que se habían emprendido en España, como el de Cajastur con la CAM, atraviesan problemas. Así animó a la granadina a abandonar su fusión fría con cajas del Mediterráneo.

Zapatero ‘mima' al PNV por el Presupuesto

El consejero de Economía, Antonio Ávila, negó en su comparecencia que la adjudicación a la BBK esté relacionada con el hecho de que el PNV sea imprescindible para el Gobierno de Rodríguez Zapatero en el Congreso para sacar adelante los Presupuestos.

Otros miembros del Gobierno y del PSOE-A sí que piensan que ambos hechos están íntimamente relacionados. El mensaje que se traslada desde la Junta es que Griñán "ha hecho todo lo que tenía que hacer" para defender los intereses de Andalucía. Eso implica que el presidente trasladó a la ministra de Economía y a Zapatero la importancia de que Cajasur quedara en manos andaluzas.

La comparecencia pública de Ávila distó mucho de lo que destilaba la conversación con otros dirigentes socialistas, que aireaban la traición del Ministerio de Economía de Elena Salgado -con quien ya la negociación de la deuda histórica o la financiación dejó clara la falta de sintonía-.

En un explícito comunicado el vicesecretario general del PSOE-A, Rafael Velasco, subrayó que no comparten la decisión del Banco de España y situó a los socialistas como garantes de que no habrá "ni un despido" en Cajasur.

Arenas carga contra un Gobierno que ha actuado «sin rumbo»

El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, lamentó ayer que finalmente Cajasur no haya sido adjudicada a una caja andaluza, y confió en que el Banco de España, al adjudicarla al BBK, haya adoptado la mejor decisión "para el bolsillo de los andaluces y el futuro de Cajasur".

Arenas insistió en que su partido ha apostado siempre por Unicaja o Cajasol pero que lo importante son los empleos y su vinculación con Andalucía.

Advirtió de que la política, en materia de cajas, del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha sido "caótica" por que ha actuado "sin rumbo, con errores tras errores".

Aunque Griñán logró hace dos semanas el apoyo de PP, IU y los sindicatos CCOO y UGT a su hoja de ruta hacia la gran andaluza, el líder popular negó la posibilidad de un frente político común, reclamó al presidente español que deje de dar "palos de ciego" y tildó su gestión de "anormal".

Valderas habla de «día negro» para Andalucía y exige una respuesta

El líder andaluz de IU, Diego Valderas, aseguró que el Banco de España con la adjudicación de Cajasur a la BBK ha "bombardeado" la posibilidad de crear una gran caja regional.

En declaraciones a Efe, Valderas aseguró que el de ayer fue un "día negro" para el ahorro cordobés y andaluz porque, "mientras el País Vasco gana, Andalucía pierde".

Sostuvo que ante esta "agresión" a Andalucía, la región y sus agentes sociales y políticos deben dar una "respuesta" en defensa de sus intereses, y abogó por abrir un periodo de reflexión, ya que la decisión del Banco de España supone un "mazazo en el cuello a la política financiera andaluza".

En su opinión, el PSOE "no ha defendido los intereses de Andalucía", cuyo presidente no tiene "ninguna influencia". Apuntó la "connivencia" entre el PSOE y el PNV para que los nacionalistas apoyen los Presupuestos del Estado.

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