Cofradías

La juventud se afianza en el barrio de la calle Feria

La hermandad de Omnium Santorum hace estación de penitencia haciendo gala de su juventud y luciendo los avances en su gran paso de misterio

el 16 abr 2014 / 18:12 h.

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Hermandad de El Carmen Doloroso. / Foto: José Luis Montero Hermandad de El Carmen Doloroso. / Foto: José Luis Montero           MÁS FOTOS EN LA FOTOGALERÍA Juventud, divino tesoro. Y bien lo saben los hermanos de El Carmen Doloroso, con Antonio Saldaña al frente. La parroquia de Omnium Sanctorum se ha llenado del espíritu carmelita. «Es nuestra base», comentaba Miguel Ángel Pérez, consiliario segundo de la hermandad fundada en 1982, cuando un grupo de cofrades sevillanos que realizaban el servicio militar en San Fernando (Cádiz) decidieron unirse para rendir culto a la Virgen de Carmen, patrona de los marineros. Los priores del Carmen del Santo Ángel y de los Calzados dieron fe de ello acompañando a Nuestro Padre Jesús de la Paz y Nuestra Señora del Carmen, ante la que también procesionaron representantes de la Marina y el alcalde de San Fernando. El enorme paso del misterio, con 50 costaleros, ha estrenado los respiraderos frontales y traseros con sus maniguetas, así como los faldones. Año a año se va completando una obra que representa las negaciones de San Pedro –de ahí que el gallo sea lo más buscado entre los secundarios del misterio– y que también luce el nuevo vestuario de José de Arimatea, Malco, el criado y la acusadora. La salida del gran misterio fue lenta y trabajada, mientras que la de la Virgen del Carmen necesitó «mucho genio». Eso pidieron los hermanos Gallego. Le quitaron los zancos, sus costaleros se arrodillaron y la sacaron del templo de rodillas para recibir una gran ovación. Entre rosas de color rosa y una nube de incienso. La Salve Marinera –tocada y cantada por la banda municipal de Aznalcóllar– sonó como nunca. Así lo escuchó María Teresa Barrios, abuela de cuatro nazarenos de El Carmen Doloroso y madre de Raúl Rodríguez, uno de sus costaleros del paso del Cristo «desde que salía sólo con las parihuelas en el convento de Santa Isabel». Así nació esta hermandad, que crece poco a poco con paso firme y con la fuerza de familias como la de Rocío, Pablo, Laura y Marina, vecinos del barrio que ayer repartieron desde el segundo tramo de Virgen nazarenos de caramelo.

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