El Ayuntamiento y la Junta dan prácticamente por concluido el brote, aunque sin descartar nuevos enfermos, después de cerrar dos torres de refrigeración e inspeccionar la media docena existente en la Macarena. Pese a esto, hasta la próxima semana no se podrá dar por cerrado el proceso: el periodo de incubación es de 14 días y aún no se han realizado las pruebas necesarias para comprobar que la cepa de la bacteria hallada en estas instalaciones sea la misma que ha producido el brote de legionela.
Las administraciones se aferran a la ausencia de nuevos enfermos. La cifra se estancó en 13 desde la pasada semana, y una vez cerradas las torres sospechosas, no se prevé que haya nuevos contagios. La alerta sanitaria se decretó el pasado 16 de septiembre. Y un día después se inició un plan de inspección y tratamiento de todas las instalaciones que pudieran transmitir esta bacteria: las torres de refrigeración y los sistemas de agua caliente sanitaria. Los primeros estudios indicaron que se trataba de una torre. Fueron revisadas todas, y se cerraron dos, según explicó la delegada municipal de Salud y Consumo, Teresa Florido.
Se considera que con esta intervención se han erradicado los posibles focos, ubicados en dos edificios privados pero de uso público por los que pueden transitar decenas de personas. Así lo subrayó el propio alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, quien incidió en que el foco se ubica en un edificio privado. Si los análisis lo confirman, éste se expondrá a la apertura de un expediente y a importantes sanciones, puesto que el mantenimiento de estos dispositivos depende de la propiedad del inmueble.
Pero las inspecciones, según el decreto autonómico 287/2002, le corresponden al Ayuntamiento. Y en este punto es donde se ha abierto un interrogante sobre la gestión realizada desde la aprobación de esta normativa. Según los datos difundidos ayer por el área de Salud y Consumo, sólo se han revisado el 12% -44 de 348- de las torres y los sistemas de agua caliente censados en la ciudad. Y la mayor parte de estos análisis se realizaron en el verano. El primer semestre concluyó con sólo siete dispositivos analizados.
¿Por qué durante todos estos años no se ha inspeccionado ninguna instalación con riesgo de transmitir la legionella? El problema es que la unidad especializada no se creó hasta abril de 2008. Y su primera labor fue elaborar un completo censo de las torres y los sistemas de agua caliente sanitaria, especialmente de los primeros puesto que son los más peligrosos y en los que hay una obligación legal expresa. El resultado fueron 348 en la ciudad entre los dos. Pero la cifra no es exacta. De hecho, puede distar mucho de la realidad. Los propietarios de los inmuebles tienen la obligación de comunicar la existencia de sistemas de este tipo. Y no siempre lo hacen.
En una respuesta firmada por la Delegación de Salud y Consumo a una pregunta del PP, el Ayuntamiento admitía problemas en su registro: "Calculamos que están censadas aproximadamente un 30% de las torres de refrigeración existentes". Un mes después, en julio, se volvía a admitir esta cifra: "El 30% es una estimación fundamentada en la extensión de nuestra ciudad". Esto llevó a PP a realizar sus propias cuentas: si 197 es el 30% del total, quiere decir que en Sevilla hay más de 600 torres de refrigeración, y sólo se han inspeccionado, 26. El resultado es que apenas están controladas el 5% de las instalaciones de la ciudad. La delegada de Salud y Consumo negó este dato, pese a que figura en las respuestas realizadas por su delegación: "Sospechábamos eso, pero al realizar los estudios sólo se halló una torre de refrigeración no censada".
Una vez hecho el censo, sin demasiada exactitud, el Gobierno local inició la labor de inspección de las instalaciones que puedan transmitir la legionela a través de una unidad dependiente de Salud y Consumo y responsable también de otras cuestiones, como el control de las piscinas. En lo referente a las torres de refrigeración, el objetivo quedó marcado por el Gobierno local también en estas respuestas a las preguntas del PP: inspeccionar 50 al año, empezando a partir de 2009.
El primer semestre del año se cerró con sólo una torre analizada, entre otros motivos porque la misma unidad tuvo que asumir responsabilidades, como la inspección de los locales de piercings y el programa de revisión del agua de las piscinas públicas, que debía estar listo antes de junio. Después arrancó el proceso relacionado con la legionela, y entre el 30 de junio y el mes de septiembre, se revisaron otras 25. "Íbamos a buen ritmo, creo que llegaríamos a las 50 previstas, pero de todas formas vamos a reforzar estos trabajos en coordinación con la Consejería de Salud después de lo ocurrido", subrayó Teresa Florido. Aunque estas cifras, difundidas ayer por el Ayuntamiento, chocan con las que ofreció el propio Gobierno local a la oposición: según una respuesta del 4 de junio, entonces se habían evaluado seis torres, registro que, según los datos difundidos ayer, no se alcanzó hasta el pasado mes de julio.
Para el PP, estos desajustes demuestran la "falta de previsión" del Ayuntamiento y le hacen en parte responsable de lo ocurrido. Para la delegada de Salud y Consumo demuestran que ya había una estrategia decidida de trabajo en esta línea, y que "se ha reaccionado a tiempo" ante un caso como éste. Florido se basa en las actuaciones posteriores a que se decretase la alerta sanitaria: inmediatamente se pusieron en marcha las acciones necesarias para revisar y tratar las torres existentes en la Macarena y cerrar las dos sospechosas. A partir de ahora se reforzarán estas actuaciones.
Salud y Ayuntamiento lanzaron ayer un mensaje de tranquilidad. Los focos existentes ya están erradicados, por lo que no hay riesgo en pasar por ninguno de los edificios de uso público de la Macarena, ni siquiera los dos sospechosos de haber causado el brote. Cuando se confirme, eso sí, podrán ser sancionados.s