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Economía

La 'lengua azul' sacude a la Sierra Norte

La lengua azul no sólo es una crisis ganadera. Su impacto sobre la Sierra Norte de Sevilla se traslada a la principal cooperativa y empresa de la comarca, Corsevilla, ubicada en Cazalla de la Sierra, con 17 millones de facturación anual y cien mil corderos por campaña.

el 14 sep 2009 / 20:20 h.

La lengua azul no sólo es una crisis ganadera. Su impacto sobre la Sierra Norte de Sevilla se traslada a la principal cooperativa y empresa de la comarca, Corsevilla, ubicada en Cazalla de la Sierra, con 17 millones de facturación anual y cien mil corderos por campaña.

"Por primera vez en nuestra historia, le estamos perdiendo dinero a los corderos". Se llama Corsevilla y es, con sus 17 millones de euros de facturación en 2006, la cooperativa más importante de la ganadera Sierra Norte, donde la enfermedad de la lengua azul está causando estragos en la cabaña de rumiantes. Dios mío, claman por allí, que vengan los fríos y las aguas.

Si no llega a ser por el cerdo ibérico y la venta de piensos y de queso, las cuentas no saldrían en esta cooperativa, que hasta ahora -"a saber lo que pasará después"- tenía en la comercialización de corderos su principal fuente de ingresos. Y, dice Fernando Cornello, su presidente, más que el cerdo, "es la oveja el ganado idóneo para mantener la dehesa y limpiar el monte".

El peor momento, relata Cornello, ya ha pasado. Se dio mediado el verano, cuando el mosquito que transmite la fiebre catarral ovina -o enfermedad de la lengua azul- hizo su acto de presencia en esta comarca y comenzó a provocar una elevada mortalidad que cogió por sorpresa tanto a los ganaderos como a la propia Consejería de Agricultura. Ocho mil corderos quedaron inmovilizados en las instalaciones de Corsevilla, y cuando por fin pudieron salir de la franja roja llevaban sobrepeso. ¿Eres más gordo? Menos vales.

Cumpliendo los reforzados requisitos sanitarios, ya no hay problema alguno para comercializar los animales. Pero los precios, comenta el presidente de la cooperativa, están por los suelos y no son rentables. Lo que él dice de boca lo constatan las estadísticas de cotizaciones en origen elaboradas por la Consejería de Agricultura y, ya para los comercios, las del Índice de Precios de Consumo (IPC). Eso sí, apostilla, es bestial la diferencia entre lo pagado al ganadero y lo que, al final, abona el consumidor. Sempiterna cantinela del campo.

"En diciembre de 2006, para nosotros el precio era la mitad que en la misma fecha de 2005 [Navidades es la temporada alta del cordero], mientras que en el lineal del comercio estaba igual o algo más caro", se queja Cornello.

Son 420 socios los que tiene Corsevilla. Suman cien mil corderos al año, demasiados como para, de la noche a la mañana, encontrar una alternativa al ovino. Entre los ganaderos es cada vez más grande la apuesta por el cerdo ibérico, sobre todo por el empuje de la firma Matadero de la Sierra Morena -cuya enseña más conocida es Sierra de Sevilla y está controlada por el grupo bodeguero Barbadillo-, aunque el ritmo no se puede mantener.

En efecto, los precios en origen del ibérico también están a la baja este año debido a la expansión de la cabaña -la Consejería cifra en 219.975 el número de cabezas en esta comarca, la tercera parte de las existentes en la dehesa andaluza- y, además, la última reforma legal para este sector obliga a tener sólo dos cerdos por hectárea.

Sí va bien en Corsevilla la venta de piensos aunque, como alega Cornello, preferiría no vender tanto, al ser un sobrecoste para el socio. La ausencia de precipitaciones merma la hierba en el campo. A ver si llueve y el frío mata al mosquito.

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