El presidente de la Junta, Manuel Chaves, anunció ayer la reforma de la Ley Andaluza de Cooperativas para adecuarlas a un mercado que requiere decisiones rápidas, al tiempo que advierte de la pérdida de negocios si no hay más integraciones para comercializar.
Hace justo un lustro, Tomás Aránguez, hoy ex presidente de Covap, planteaba la necesidad de reformar la legislación andaluza de cooperativas, toda vez que su sistema de gobernanza, donde un hombre es un voto en unas empresas en las que puede haber hasta centenares o miles de socios, confería excesiva lentitud a la toma de decisiones empresariales, y eso no podía persistir en una economía globalizada. Tanto defendió esa urgente agilidad que su intento de crear una sociedad anónima en la láctea y cárnica cordobesa, al final, le costaba indirectamente el puesto.
Chaves, en la inauguración del tercer Congreso de Empresas Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, organizado por Faeca en Islantilla, concretó que "antes de un año" llevará al Parlamento un cambio en la norma que rige estas sociedades, porque la actual, "aunque ha sido útil para la economía social", requiere "adecuarse" a la evolución socieconómica de la comunidad y de su tejido productivo. ¿Qué líneas directrices?
No especificó muchas, se limitó a señalar que se modificará el número de socios exigidos para gestar una de esas firmas, se facilitará la entrada y salida de éstos (clave primerísima para que no se vean encorsetadas por quienes bloquean las decisiones de futuro), el impulso a la gestión profesionalizada de las mismas (que no queden las riendas en gentes sin formación) y, por último, su adaptación a la Ley de Igualdad de Mujeres y Hombres.
Sólo unos días después de que se haya fraguado una de las más importantes cooperativas de segundo grado de Andalucía y la más grande de España en frutas y hortalizas, la almeriense Unica Group, el jefe del Ejecutivo autonómico incidió en el consabido discurso de la necesidad de propiciar las fórmulas de integración, máxime si se tiene en cuenta que la actual crisis económica exige de respuestas unitarias.
"Lo diré con toda claridad: en el ámbito cooperativo agrario o nos unimos y establecemos mecanismos de cooperación realistas y efectivos, o estaremos dejando pasar grandes oportunidades para el progreso de un mundo rural vivo, como el que tenemos en Andalucía, algo de lo que pueden presumir pocas regiones de Europa", sentenció Manuel Chaves. La Junta, comentó, siempre estará ahí para respaldar este tipo de acuerdos y alianzas, no necesariamente fusiones.
Por su parte, el consejero de Agricultura, Martín Soler, reprochó al sector agroalimentario que su afán por "buscar permanentemente culpables" a sus problemas "lo único que hace es frenar las reformas estructurales" que necesita, y que pasan, entre otras, por una mayor dimensión, más mercados, internacionalización, valor añadido e innovación. He aquí una velada referencia a las protestas que últimamente están proliferando en el campo por parte de las organizaciones agrarias.
"El futuro no está en Bruselas, sino en el mercado", apuntó Soler, tras recordar que son los cultivos que menos subvenciones comunitarias reciben los más adaptados a la demanda.
El organizador del evento, Antonio Luque, presidente de Faeca, aprovechó la ocasión para exigir a las Administraciones que basta de palabras y vengan las medidas, y en especial las de la Junta de Andalucía.
Luque comentó que, aunque menos que otros, el sector agroalimentario también padece la crisis, a la vez que insistió en la necesidad de concentrar la oferta vía alianzas. Dijo que alguien le había echado en cara su negro discurso. Es lo que hay, le respondió.
