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La ley deja ‘colgados’ a vecinos de la periferia sin red de internet

La provincia está por debajo de la media estatal en infraestructuras de telecomunicaciones como la banda ancha y la red de telefonía fija y móvil

el 18 sep 2011 / 18:26 h.

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La provincia de Sevilla está por debajo de la media nacional en infraestructuras de telecomunicaciones.

¿Qué haría usted si las empresas de telecomunicaciones no le ofrecen más de un mega para navegar por internet? Si es un adicto a las nuevas tecnologías o necesita la red para trabajar, ¿se mudaría de casa? Pues es la única solución para vecinos de San Jerónimo, Valdezorras, Torreblanca, Bermejales, Bellavista... Es decir, para residentes en la periferia de la ciudad con infraestructuras de telecomunicaciones a todas luces insuficientes y deficitarias hoy día. Además, la ley les deja colgados, ya que sólo obliga a la empresa que ofrece el servicio universal, por ahora Telefónica, a ofrecer, como mucho, una conexión con un mega (megabites por segundo o Mbps). Así que sólo les queda la mudanza o tener mucha paciencia mientras se cargan las páginas web que quieren consultar.


Lo cierto es que la provincia de Sevilla está por debajo de la media nacional en penetración de la banda ancha, así como en el resto de los parámetros que estudia la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en su informe anual Penetración de Servicios finales y de Infraestructuras de Telecomunicación publicado el pasado junio. En dicho informe, Sevilla se encuentra por debajo de la media nacional en telefonía fija, móvil (de contrato o pospago), en banda ancha, en televisión de pago y en otras infraestructuras.


En el caso de la banda ancha, Sevilla dispone de 16,3 líneas xDSL por cada cien habitantes, mientras que la media nacional es de 17,9. Las líneas de cable módem son de 3,9 por cada cien habitantes, frente a las 4,4 de media en el país. La penetración de la banda ancha en Sevilla es de 20,2 por cada cien vecinos y la media estatal es de 22,3. Unas cifras que parecen todavía más bajas si se comparan con las que registran ciudades como Barcelona, Madrid o Zaragoza.


Desde el Ministerio de Industria, que dispone de un teléfono de información para los usuarios de telecomunicaciones (901 33 66 99), señalan que no hay ninguna normativa específica sobre la velocidad que se le debe ofrecer a los usuarios de internet, ya que la empresa que ofrece el servicio universal, Telefónica en estos momentos, no está obligada a casi nada. Sólo a dar telefonía fija y un modém por la línea telefónica. Ni siquiera debe ofrecer un megabite por segundo, aunque es lo mínimo que se despacha para poder navegar en condiciones por la red. La pasada primavera el Gobierno central aprobó un real decreto que especifica que el servicio universal debe ser de un mega, algo que entrará en vigor en la primavera del próximo año. Telefónica, pues, no está obligada a más. Eso sí, cuando el resto de compañías opten a ofrecer el servicio universal podrían mejorar esta oferta, aunque está por ver y no hay fecha para ello.


¿Y por qué hay zonas de la ciudad, como la parte de San Jerónimo más cercana a la carretera de la Rinconada, que disponen de unas deficientes infraestructuras? Según fuentes consultadas del Ministerio de Industria, porque no hay demanda suficiente para que las empresas decidan invertir. Es decir, que si los vecinos quieren mejorar su red de banda ancha o telefonía deben asociarse de alguna forma para reivindicar una mejora del servicio a las compañías. Sólo así éstas estudiarán si les resulta rentable o no mejorar sus servicios en dicha zona.


Si va a comprarse un piso, por ejemplo, y necesita un rápido acceso a internet, debe consultar antes a las compañías de telecomunicaciones la cobertura de esa barriada y pedir por escrito garantías de que les suministrarán ciertos servicios. Sólo así podrán reclamar si tras la mudanza descubre que los megas prometidos no son reales.


Enrique Piñero, del gabinete jurídico de Facua, aseguró que las quejas por los servicios de telecomunicaciones son las más frecuentes, fundamentalmente porque los usuarios contratan un servicio, con una determinada velocidad y, en cambio, no lo pueden disfrutar, en muchos casos porque su zona no dispone de la infraestructura necesaria. "Alegan que la distancia entre el nudo central y el domicilio es grande, que tienen averías en la zona... las excusas son muchas, pero cobran por servicios que no pueden prestar, cuando nosotros reclamamos que cobren sólo lo que pueden ofrecer. Y hay muchas personas que ni se dan cuenta de que los megas que tienen están por debajo de lo contratado", advierte.

"No pienspo pagar". Emiliano Márquez contrató hace un año un servicio de Ya.com que le prometía tres megas de velocidad de internet, pero cuál fue su sorpresa cuando comprobó a través de la propia red que, en realidad, sólo disponía “de poco más de un mega”. Entonces empezó “su calvario de reclamaciones”. Después de estar tres días sin conexión y de recibir excusas por una avería en la zona, decidió romper el contrato y dejar de pagar. Entonces empezó su odisea para darse de baja y, después, para aguantar las “amenazas”. Recurrió a Facua y está a la espera de ir a juicio o al servicio de conciliación. Lo que tiene claro es que no piensa pagar los alrededor de 170 euros que le reclama Ya.com. “Me tenían en espera hasta 20 minutos y nunca me resolvieron nada por teléfono. Llamaba casi todos los días y me costaba 50 o 60 euros cada llamada, porque el servicio no es gratuito. Además, nunca me dieron la referencia de la incidencia, que yo no pedí por falta de conocimiento, y luego me decían que yo no me había quejado. Me amenazaron con incluirme en una lista de morosos y con llevarme a juicio, pero tengo la razón. Ellos han incumplido el contrato y no pagaré la multa de unos 120 euros por no permanecer un año con ellos ni tampoco los 50 euros de la última factura”, explica Emiliano tras señalar que está deseando que acabe “todo” para olvidar esta “pesadilla”. Este vecino de Bormujos agradece la colaboración de Facua y aplaude los avances en su caso. “Siempre me ponían trabas y no me daban explicaciones. Si no había infraestructura o cobertura o lo que sea para disponer de tres megas, ¿por qué me lo vendieron y por qué me obligan a pagarlo?”, denuncia.

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