La liberalización eléctrica que se estrena pasado mañana traerá una subida de los precios de la luz de la que se librarán 5 millones de hogares con especiales dificultades económicas. El Gobierno revelará hoy la última clave del cambio: el coste de la tarifa. A partir de él, las compañías harán sus ofertas.
A partir del miércoles cualquier consumidor en España podrá elegir libremente quién le suministra electricidad, pues ese día la liberalización eléctrica será una realidad y la empresa distribuidora y la comercializadora ya no serán la misma.
Se espera que poco a poco haya más competencia entre estas últimas compañías que son las que facturan y que se deberían animar a bajar precios y hacer ofertas para captar clientes.
Hasta el 1 de julio, las empresas dueñas del cable que llega a cada domicilio o negocio y de los contadores eran las únicas que podían vender electricidad a un precio regulado, pero a partir de ese día se dedicarán sólo a construir y mantener las redes, además de a leer los contadores y a prestar los servicios de averías. Por eso, aparece un nuevo concepto de compañía, la suministradora, que será la que nos venda la electricidad y que cada cliente tendrá derecho a elegir.
Si al inicio de julio el cliente no ha decidido qué empresa quiere que le aporte la electricidad, y por tanto, no ha hecho ninguna gestión, no le pasará nada, es decir, seguirá teniendo luz en casa y su compañía de siempre le habrá asignado a la filial del mismo grupo como suministradora.
Si su potencia está por debajo de los 10 kilovatios (Kw), lo más común en los domicilios, el cliente pasará a estar acogido a la denominada Tarifa de Último Recurso (TUR), que será ya la única que fije el Gobierno. Hasta hoy no se sabrá cuánto costará, si bien se prevé que aumente porque, aunque el precio de la energía se haya abaratado, hay que compensar que durante años las tarifas no cubrían los costes del sistema eléctrico -el déficit tarifario-, indican fuentes del sector.
Ante ese previsible aumento del recibo de la electricidad, el Ejecutivo ofrecerá un "bono social" por el que se congela la tarifa eléctrica vigente a la entrada en funcionamiento de la TUR para unos cinco millones de hogares, los colectivos más vulnerables económicamente.
Eso sí, y según ha anunciado el Ejecutivo, sólo podrán disfrutar de ese bono si lo solicitan las familias numerosas o con todos sus miembros en paro, o los pensionistas con prestación mínima; y de forma automática, todos los consumidores con una potencia por debajo de los 3KW en su primera vivienda.
La luz se encareció el pasado enero un 3,5% y el Gobierno central prevé aplicar otra subida en julio -el porcentaje definitivo se conocerá hoy-, que podría rondar el 3%. Esta subida coincide con el estreno de la liberalización total eléctrica y se debe a la necesidad de reducir el déficit tarifario. No obstante, el anuncio del incremento de precios se realizará sólo dos días antes de que entre en vigor.
Las incógnitas que levanta esta nueva era se suman a la polémica surgida tras el cambio, obligado por el Ejecutivo, de los recibos de la luz, que han pasado a ser mensuales, y no bimestrales. Esto llevó a las compañías eléctricas a introducir cálculos aproximados de consumo para el primer mes, y cometieron excesos al facturar.
Las principales organizaciones de consumidores reciben la liberalización eléctrica con muchas reservas.
