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La libertad de expresión y el compás

La crítica ha hecho mucho por el flamenco y por los flamencos, pero está condenada a desaparecer porque en este arte ya no hay espíritu crítico, sino profesionales de lo jondo que sólo aman el dinero y aficionados que se tragan lo que les echen. El crítico de raza que era capaz de mendigar antes de trincar de los artistas...

el 16 sep 2009 / 04:08 h.

La crítica ha hecho mucho por el flamenco y por los flamencos, pero está condenada a desaparecer porque en este arte ya no hay espíritu crítico, sino profesionales de lo jondo que sólo aman el dinero y aficionados que se tragan lo que les echen. El crítico de raza que era capaz de mendigar antes de trincar de los artistas o de los empresarios corre serio peligro de ser marginado, apartado, aniquilado por el potente aparato subvencionador en el que se ha convertido la Administración.

Hay muchas maneras de comprar la opinión o el silencio de un crítico, y una de ellas es ofrecerle conferencias de temas sobre los que no tiene ni idea, como estamos viendo con los centenarios de Mairena y Caracol y esas Rutas del Flamenco de la Agencia que ni Dios sabe a dónde nos llevan. Y lo que es penoso es el apoyo de la crítica a ese flamenco de diseño que está matando al auténtico cante jondo. La libertad de expresión no puede ir nunca fueral de compás.

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