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La limpieza de pintadas vandálicas cuesta a los sevillanos 213.566

y el río y aumentar las penas por los daños al patrimonio. El ruido de los bares centra las quejas. Barranca arremete contra la inactividad del Ayuntamiento ante este problema que, a su juicio, la nueva ordenanza agrava.

el 13 may 2014 / 23:00 h.

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Las molestias por los ruidos de los bares y veladores a los que les resulta «rentable incumplir» la norma que la propia «administración no hace cumplir» y un «vandalismo que está a la orden del día» y que además de afear la imagen de la ciudad tiene un coste económico cifrado el año pasado en 213.566 euros centran las principales quejas al Defensor del Ciudadano, que presentó ayer su memoria anual al Pleno municipal del que se ausentó IU al no reconocer al presidente de este órgano, José Barranca, y al que asistió el PSOE para reiterar su crítica a su falta de independencia. Una crítica que el PP tildó de «censura» durante una tensa sesión extraordinaria en la que también quedó de manifiesto la falta de sintonía entre el Defensor del Ciudadano y el presidente del Pleno, Javier Landa. pintadasRifirrafe político aparte, Barranca no deja títere con cabeza en su informe anual, desde la Policía Local –a la que insta a vestir el uniforme «con absoluta dignidad, sin abalorios» y hacer cursos de «habilidades sociales»– hasta los floristas del cementerio por el «mal gusto de los escudos florales» que venden y el uso de farolas y árboles como «percheros» de las coronas funerarias, pasando por los «incívicos y maleducados que gozan pintando parques y fachadas» con el consiguiente coste para la imagen de Sevilla y el bolsillo de los sevillanos pese que Lipasam «actúa con rapidez» y presta un servicio «modélico». En su memoria anual, Barranca aprecia una «escalada de pintadas importantes en los últimos años» y denuncia que estos daños sean castigados como faltas leves frente a ciudades como Granada o Burgos donde ya hay encausados por este tipo de acciones. También alude a otro tipo de vandalismo contra el mobiliario urbano y esculturas como las del Parque de María Luisa, la Pila del Pato y la Puerta de Jerez y cuestiona si sus responsables «quedan impunes» al tiempo que reclama mayor vigilancia, incluso de 24 horas en algunas zonas como el río y los parques, o la creación de una Policía Verde. «Sé que esto es caro. ¿Es más barato reponer y rehabilitar el patrimonio de nuestra ciudad?», plantea. Respecto a los bares y veladores, Barranca lamentó que hay «matrimonios mayores que llegan incluso a vender su piso» y la nueva ordenanza no solo no resuelve el problema sino que abre la mano a conceder más licencias en Zonas Acústicamente Saturadas. A la Comisión especial de sugerencias y reclamaciones –nombre oficial del Defensor del Ciudadano (por cierto, que esto del nombre también fue motivo de discusión en el Pleno)– llegaron el año pasado 244 reclamaciones, que dieron lugar a sendos expedientes de los que 197 fueron ya archivados y 47 están aún pendientes. La Agencia Tributaria concentró la mayor parte de las quejas (17,4%), por ser la encargada de tramitar impuestos, seguida de la Delegación de Movilidad y Seguridad, con un 17% (principalmente temas de multas y quejas por los veladores), la Gerencia de Urbanismo (14,3%) y Medio Ambiente (8,7%) –también con competencias sobre los ruidos–. Por distritos, los vecinos de San Pablo-Santa Justa (26%) y Bellavista (17%) fueron los que más acudieron a este órgano, y los hombres presentaron más quejas (53%) que las mujeres (37%). Barranca –y también el portavoz municipal del PP, Juan Bueno– sacó pecho del aumento de expedientes tramitados y del ahorro presupuestario ya que de los 22.477 euros programados en las cuentas de 2013, la Comisión gastó 8.640 euros. Bueno destacó que en 2009 el presupuesto era de 41,860 euros pero el PSOE recordó que la ausencia de los grupos de la oposición de este órgano por desacuerdos con la elección del presidente supone el lógico ahorro en dietas por asistencia de sus ediles.

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