Lorenzo Serra Ferrer vive días complicados en Palma / Pablo García A menos de un mes para que la plantilla del Betis se despida de las vacaciones y regrese al trabajo, el club verdiblanco continúa sin director deportivo. En esta especie de calma tensa, todo permanece a expensas de que el elegido, Lorenzo Serra Ferrer, termine de concretar la venta de sus acciones del Mallorca para así quedar liberado de cualquier compromiso con el club de su tierra y retornar a Heliópolis. Según apuntan desde la isla, eso puede ocurrir en unas dos semanas. El actual vicepresidente bermellón debe esperar a que el meta israelí Dudu Aouate, que se perfila como futuro gestor de la entidad, conozca los resultados de una auditoría que ha encargado para saber si lo que le pide el presidente, Biel Cerdá, se ajusta a la realidad. Aouate, que disputó el último partido de su carrera la semana pasada ante el Córdoba, tiene un acuerdo con Serra, que le cede gratis su 49% del capital social del Mallorca. Si el equipo asciende a Primera, el cancerbero le abonaría una buena compensación. Hasta ahí, todo bien. El problema es que el presidente Cerdá sindicó sus acciones (el 5% del total) con Serra y la operación requiere de su aprobación. Ya está todo hablado, eso sí: Aouate pagará 2,7 millones. Pero claro, hasta que el israelí no conozca de verdad cómo se encuentran las arcas del club no hay firma que valga. Cerdá incluso advirtió a Aouate que tendría que invertir unos dos millones más para cuadrar el balance de este ejercicio. De ahí la decisión del hasta ahora portero de encargar esa due dilligence, que es el nombre técnico de la auditoría. Hay un obstáculo más. Otro consejero del Mallorca, Pedro Terrasa, también tiene sus acciones sindicadas con Serra y Cerdà, que por tanto están obligados a comunicarle cualquier operación que pretendan efectuar. No lo han hecho y Terrasa estudia ahora si los demanda. ALEXIS: «NO AL ACOMODAMIENTO» A la espera de que llegue su futuro jefe, Alexis Trujillo continúa dejando detalles de cómo está planificando. En la revista Trece Barras dice el secretario técnico que el gran problema del Betis del descenso fue que «el equipo optó por querer llevar un buen rollo y que no hubiera alteraciones en el vestuario, pero está claro que no fue la mejor manera de llevar el grupo». «Es obligatorio que los jugadores tengan más carácter y mentalidad ganadora. No podemos permitir esas situaciones de acomodamiento. Vamos a hacer un vestuario fuerte», señala el canario, que recuerda que en su época «el nivel de compromiso del grupo era total».