Multitud de romeros acompañaron a la Virgen de la Estrella hasta la hacienda de Torrijos en Valencina de la Concepcion. Foto: José Luis Montero
Contra todo pronóstico, el cielo de Valencina de la Concepción lucía impoluto a primera hora de la mañana de ayer anunciando, para la tranquilidad de los devotos, una jornada festiva a la par que fervorosa. Porque el municipio aljarafeño vivió ayer uno de sus días más grandes: el de la romería en honor al Santísimo Cristo de Torrijos.
La plaza de Nuestra Señora de la Estrella, donde se encuentra la parroquia que lleva el nombre de la patrona, empezaba a llenarse a eso de las 9.00 horas, y los distintos estampados de los trajes de las romeras llenaban de colorido las puertas de un templo abarrotado en el que los valencineros esperaban las noticias de la reunión del cabildo oficial. El hermano mayor, Juan María Fernández, confirmó poco antes de la salida de la Virgen que «debido a las probabilidades de lluvia hemos decidido modificar el traslado a la carreta, con el objetivo de apresurar la subida de la patrona».
De hecho, lo habitual es que la Virgen de la Estrella sea colocada en la carreta dentro de la Hacienda de Tilly, situada en la misma plaza, pero «esta vez lo vamos a realizar fuera, para que todo el cambio sea más rápido».
Y es que aunque un sol espléndido hacía acto de presencia minutos antes de que la titular de la Hermandad de Torrijos se pusiera en la calle, la predicción meteorológica había anunciado agua para mediodía. Por eso, la carreta apareció con un capote que permitiría que la peregrinación continuase a pesar de la lluvia, dado que el resto de la romería «se desarrollará con normalidad aunque llueva», aseguró Fernández.
No obstante, el tiempo ofreció una tregua para que las 20.000 personas que esperaban que fueran al lugar disfrutaran de una de las romerías más importantes de la provincia y que da el pistoletazo de salida a un octubre romero.
La palpable emoción se transformó en lágrimas en muchos de los rostros de los presentes una vez que la patrona de Valencina enfiló hacia la puerta de la céntrica parroquia. «Está preciosa vestida de rosa», decía Luisa visiblemente emocionada. Y entonces, poco antes de las 10.30 horas, el repique de campanas resonó mientras la Virgen de la Estrella cruzaba el umbral del templo, lo que desató los aplausos de los fieles, que se entremezclaron con las notas del himno nacional interpretado por la banda de la Oliva de Salteras.
La Virgen estaba en la calle, cada vez más cerca de su hijo, el cristo de Torrijos quien, en la hacienda que lleva su nombre, esperaba la llegada de los miles de romeros venidos de muchas partes de Sevilla y del resto de Andalucía.
Una de las particularidades de esta concurrida fiesta es que tiene lugar en honor a la imagen del cristo, siendo la única romería cristífera en el territorio nacional. Sin embargo, el propio hermano mayor aseguró que uno de los hitos trascendentales en la historia de esta celebración fue la inclusión de la imagen de la Virgen de la Estrella, en la peregrinación. Y la titular, sobre las 10.40 horas del domingo, ya estaba montada en la carreta para poner rumbo a la Hacienda de Torrijos, previa vuelta a la plaza al son de la marcha cofrade Rocío.
De nuevo el repique de campanas dio el pistoletazo de salida a la procesión, donde el ambiente festivo se mezclaba con algunas caras de incertidumbre ante la previsión meteorológica. Pero ni el fuerte viento que se levantaba en algunos momentos podía con las ganas de romería de los valencineros. Así, una marea de carretas, caballistas y peregrinos a pie recorrió las calles de Blas Infante, Avenida de Andalucía y Reyes Católicos, donde tuvo lugar uno de los momentos más emotivos de la mañana: varias integrantes de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Valencina entregaron un ramo de flores que se sumó a la decoración de la carreta.
No en vano, la capilla donde se encuentra la imagen del cristo de Torrijos hallada en un pozo de la finca junto a la cabeza de San Pedro en 1600 llama la atención por «la cantidad de exvotos repartidos por las paredes que han sido ofrecidos al cristo en agradecimiento por curación de enfermedades o cumplimiento de promesas».
Pero aún quedaba camino hasta llegar a la hacienda donde, a la llegada de la Virgen, se celebró la santa misa en el conocido como patio de los jazmines. La fiesta se alargó hasta las 19.30 horas, donde el rezo del rosario pondría el punto final a la estancia junto al cristo, dando paso al regreso de esta romería declarada Bien de Interés Turístico.
Además, las actividades religiosas y lúdicas se prolongan hasta finales de octubre, incluyendo la celebración del conocido como Torrijos Chico el domingo 26, sumando así otra jornada de fiesta para los valencineros.
