Más de setenta años después de su desaparición del ajuar de la dolorosa, la Macarena volverá a lucir la célebre toca de rombos juanmanuelina. El cabildo de oficiales acordó anoche que esta pieza, renacida en los bastidores del taller de Francisco Carrera Iglesias, sea el complemento perfecto del manto de malla la próxima Madrugada.
Hacía cuatro años, desde la Madrugada de 2004 -aquélla pasada por agua en la que sólo salió la Esperanza de Triana- que la Macarena no vestía en la calle el más antiguo de sus mantos de salida. La junta de gobierno que preside Juan Ruiz Cárdenas como hermano mayor adoptó anoche la decisión de que la Virgen de la Esperanza luzca en la calle la próxima Madrugada el manto de malla o camaronero, una de las más personales creaciones del inmortal Juan Manuel Rodríguez Ojeda.
El ajuar de la Virgen consta de dos mantos más: el de tisú, igualmente ejecutado por Rodríguez Ojeda en 1930, y el de la coronación (1964), con bordados de Esperanza Elena Caro sobre proyecto de Fernando Marmolejo. Es costumbre que la Virgen alterne sus mantos de salida en Semana Santa.
El de malla, concretamente, se estrenó en la madrugada del Viernes Santo de 1900, causando una gran revolución por la originalidad de su diseño, denominándolo el pueblo la camaronera. Días antes de su estreno, el manto estuvo expuesto en los escaparates de la tienda de tejidos Villa de Madrid, recibiendo el tributo de los sevillanos, admirados ante la catarata de arte y oro que luciría la Virgen. El contrato de su hechura cifraba unos honorarios de 17.500 pesetas. Para sufragar esta cantidad se lidiaron corridas de toros en la plaza de la Maestranza, se rifó un billete de lotería valedero para el sorteo de Navidad y se inició una suscripción que abrió la Reina regente doña María Cristina.
La última Virgen que lució este manto en la calle fue la de las Mercedes, titular de la Hermandad de Santa Genoveva, durante la salida extraordinaria que protagonizó el 16 de septiembre de 2006 por las calles de la feligresía con ocasión del cincuentenario fundacional de esta corporación.
Junto al manto de malla, la Esperanza Macarena lucirá como complemento perfecto la nueva toca de sobremanto realizada en el taller de Francisco Carrera Iglesias e inspirada en la que lució la Virgen en el primer tercio del siglo XX. Aquella pieza, cuya autoría se atribuye al genio creador de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, era conocida como la toca de rombos, desapareciendo del ajuar de la Virgen en la década de los treinta por razones desconocidas, aunque sospechadas. Gracias al ofrecimiento de una anónima devota, la corporación de la Madrugá ha rescatado de la memoria esta joya del ajuar de la Macarena.
Un año de intensa labor de documentación, basada en la recopilación de añejas fotografías de la Virgen, y seis meses de trabajo en el taller de bordado de Francisco Carrera Iglesias han sido necesarios para hacer renacer de los bastidores la toca de rombos. Si bien no se trata de una reproducción fidedigna de la original, sino de una recreación, el resultado, presentado por la hermandad el pasado lunes, ha sido una toca "con una tremenda personalidad, emblemática y con mucho carácter", apunta el bordador Francisco Carrera Iglesias, quien ha contado con el asesoramiento de Luis Becerra en este encargo.
Se trata de una toca de tamaño reducido, hecha en una sola pieza de encaje de bolillos, de dibujo muy geométrico, basado en cuadrados y triángulos, en cuya ejecución se ha empleado un kilo y medio de hilo liso, hojilla, hojilla trenzada y entorchado, todo de oro fino.
La vestimenta de la Virgen de la Esperanza Macarena para la próxima Madrugada se completa con la elección por parte de la junta de gobierno de una saya realizada en los talleres de Caro a imagen y semejanza de otra confeccionada en su día por Juan Manuel Rodríguez Ojeda.
El Señor de la Sentencia, por su parte, vestirá durante la próxima Madrugada una de sus túnicas más ricas y de mayor profusión de bordados, la realizada por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1910.
