Sara López, la mujer que supuestamente asfixió y congeló a dos bebés, cuya gestación ocultó a sus familiares, ha negado hoy ante el jurado que haya matado a sus hijos recién nacidos. Visiblemente afectada, ha explicado que si ocultó los embarazos fue "por miedo a su marido, porque no quería que me hiciera abortar otra vez". Además, ha negado haber asfixiado a uno de los bebés, pues "nació muerto", y aseguró que no recuerda "nada" del embarazo y del parto del segundo niño. La acusada ha comenzado su declaración recordando que antes de tener a su hija mayor quedó embarazada, pero abortó "porque mi marido no quería tenerlo". Tras su primera hija volvió a quedarse embarazada y de nuevo abortó "porque él decía que la niña era muy chica". Más delante llegaría su segundo hijo, en 2001, al que sí tuvo. Ya en diciembre de 2010 se quedó de nuevo embarazada, pero entonces no dijo nada a nadie "porque no quería que me obligara a abortar de nuevo". Ella afirma que quería irse "de la casa, pero no acababa de irme. Pasó el tiempo y decidí tenerlo y si él no lo quería me iría con mis hijos". Pero llegó el momento del parto, en ese momento estaba sola en la casa y cuando sintió las contracciones decidió meterse en la bañera y llenarla de agua "para que el bebé no se hiciera daño al nacer", aunque "no llegó a llenarse porque el niño nació. No se sumergió". Según su relato, con la voz entrecortada, cogió "con una mano al niño y con la otra el cordón, que lo relié en un dedo y lo presionaba para que mi niño no perdiera sangre". Sin embargo, "no se movía, no respiraba, no sabía qué hacer", dijo tras explicar que le dio "palmaditas, le intenté abrir la boca, me lo puse sobre el pecho, pero ni respiraba ni sentía su corazón". Tras un rato intentando reanimarlo fue cuando lo colocó en la bañera tras lo que lo metió en bolsas y luego en el último cajón del congelador. "Yo quería a mi niño. Para mí es horroroso enterrar a alguien. El cuerpo es donde vivimos y que alguien se vaya pudriendo para mí es horrible, no puedo con eso", aseveró. Sobre el segundo bebé congelado dijo que no recuerda nada, "ojalá pudiera aclarar algo de lo ocurrido", señaló tras explicar que está en tratamiento psicológico por ello. "Asumo que es mío porque asi lo dicen las pruebas". Sobre su último embarazo, un bebé que nació al poco de ingresar ella en prisión por estos hechos, dijo que solo se lo había contado a su madre y a su hermana menor. Su exmarido tambien ha declarado hoy y ha explicado que hasta que el encontró el cuerpo del primer bebé en el cajón del congelador no supo nada de los otros tres embarazos de su mujer. Su sorpresa fue aún mayor cuando a los 20 días del hallazgo localizó otro bebé en el arcón. "Me quedé congelado", ha dicho. "Nunca le noté que estaba embarazada, sí la veía a veces más gordita y le decia que hiciera gimnasia". Él ha negado que la amenazara si tenía a los niños, asegurando que solo bromeaba cuando le decía que "la dejaría". "Nunca la ha obligado a nada", dijo tras negar que sea alcohólico. En su declaración ha relatado que él tiene la custodia de sus hijos, que a diario van a prisión a ver a su madre, y ha dicho de ella que "era muy buena madre" y que era "muy reservada. Ella ha dicho que está en el módulo de Madres de la prisión, donde cuida a algunos niños, aunque ahora está destinada a la cocina. También ha asegurado que quiere ver a su última hija, y que si sale piensa pedir la custodia de sus hijos. Por estos hechos Sara se enfrenta 40 años de prisión. La Fiscalía de Sevilla le acusa de dos delitos de asesinato, ya que considera que premeditó las muertes. Además, le reclama una indemnización de 300.000 euros para su marido, que fue quien encontró los cuerpos de los pequeños, y de 60.000 euros para los dos hijos del matrimonio. El fiscal no le aplica ninguna atenuante porque cree que tenía «intactas» sus facultades cognitivas, en cambio su defensa cree que sufre transtornos de identidad y personalidad múltiple, por lo que reclama su libre absolución. En su alegato el abogado defensor, Manuel Caballero, ha recordado otros casos en los que se ha condenado a inocentes. Y ha explicado que en este juicio lo que se juzga es si ella "mató o no a sus hijos" porque "congelar un cuerpo no es delito en España". El letrado ha explicado que para ella "le dio sepultura a su manera", mientras que la fiscal ha apuntado que la hija menor debieron haberla llamado "Milagros, porque si su padre no hubiera encontrado a los bebés, ella habría corrido la misma suerte". En su escrito el fiscal resalta que la mujer no presentaba ningún tipo de problema psicológico, ya que «mantenía intactas sus facultades cognitivas y volitivas», por lo que no le aplica ninguna atenuante. Al contrario, a los dos delitos de asesinato que le imputa, le aplica las agravantes de parentesco, de ahí que solicite una pena de 20 años de prisión por cada uno de ellos. Una pena que coincide con la solicitada por la acusación particular, ejercida por su pareja. Además, solicita que su marido sea indemnizado con 300.000 euros y cada uno de sus dos hijos, nacidos en 1998 y 2001, con 30.000 euros.