La carta y las imágenes de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por la guerrilla de las FARC desde 2002, alentó los gritos de auxilio de su familia, que le envió fuerzas a la vez que exigía el regreso como mediador con los terroristas del presidente venezolano, Hugo Chávez.
La madre, Yolanda Pulecio, fue la que recibió la carta de su hija y fue ella, como no podía ser de otra manera, la que lanzó un mensaje de optimismo a su hija, después de comprobar en el escrito su baja moral. Pulecio pidió a su hija que no pierda la esperanza, a la vez que reclamó la colaboración de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Álvaro Uribe, así como al jefe guerrillero Manuel Marulanda.
"Usted no pierda la esperanza, la fuerza; piense en sus niños, que se alimente bien, porque dice que ya no tiene ganas de comer", manifestó la madre entre sollozos. Pulecio y otros familiares de rehenes de las FARC esperan en Caracas ser recibidos por Chávez, para pedirle que vuelva a ser mediador para un canje humanitario de los secuestrados a cambio de guerrilleros presos, estatus que Uribe le retiró la semana pasada. "De Chávez espero mucho porque tiene corazón", agregó, a la vez que comprendió que aún no los haya recibido, "porque llegamos en una fecha muy complicada", con la votación de la reforma de la Constitución en Venezuela.
Críticas. En cambio, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, no recibió, ni mucho menos, los mismos elogios. Pulecio declaró sobre Uribe que es una persona "muy terca y muy difícil", aunque aún sigue albergando esperanzas para que "reaccione y piense que tiene una responsabilidad con los colombianos". Además, subrayó que desde la perspectiva de los familiares de los rehenes y los guerrilleros presos "no se puede entender por qué, de una forma tan abrupta y sin ningún respeto".
También tuvo palabras para el líder de la guerrilla colombiana, Manuel Marulanda, al que solicitó un gesto como la liberación de un grupo de rehenes para retomar la negociación, lo que sería "mundialmente reconocido".
Por su parte, el esposo de Betancourt, Juan Carlos Lecompte, secundó la petición de su suegra y reclamó que Chávez siguiera con la mediación con o sin permiso del presidente colombiano, Álvaro Uribe. "Hay que pedirle ayuda al presidente Chávez, que había emprendido la mediación de manera exitosa", afirmó Lecompte, que agregó que también hay que pedir ayuda al presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y a Uribe. "Esta gente se va a morir en la selva de pena, de injusticia", subrayó el marido de Betancourt.
Pese a estas peticiones, el alto comisionado para la Paz en Colombia, Luis Carlos Restrepo, reiteró que la mediación de Chávez no será reactivada. "No vemos condiciones para reactivar la gestión de la senadora Piedad Córdoba o del presidente Hugo Chavez. Por parte de ellos se cometieron muchos errores, y no vimos nosotros ningún avance sustantivo", apostilló.
