El diálogo resulto estéril tras tres meses de negociaciones. La Agrupación musical de la Vera Cruz de Osuna se separó de la hermandad que le daba nombre. "Los motivos no los tengo claro ni yo, pero la agrupación musical de la Vera cruz no se ha ido, sino que se han marchado algunos de sus miembros, puesto que la agrupación musical nos pertenece y mientras haya un miembro seguirá existiendo", puntualizó José Antonio Barrera, hermano mayor de la hermandad de Vera Cruz.
El desencadenante es un préstamo pedido por la banda en octubre a la hermandad para pagar unos instrumentos. La hermandad en ese momento no le pudo dar la cantidad reclamada y a partir de ahí nacieron los reproches entre la banda y la hermandad.
Mientras que los músicos alegan que la hermandad lleva más de 10 años sin prestarle ayuda, la hermandad le pedía un 15% de los beneficios, para financiar y sufragar los gastos de ésta dentro de la hermandad. "Nunca ha habido un gran vínculo entre la hermandad y la banda, aunque tampoco existieron problemas. Ahora la hermandad se da cuenta de que se puede ganar un dinero con nuestras actuaciones", comenta Ángeles María González, miembro de la agrupación musical.
A partir de ahí comenzó una serie desencuentros y, poco después, las reclamaciones. La hermandad exigió el local adquirido para que ensayara la banda, así como insignias, placas, uniformes e instrumentos, por ser parte de la historia de Vera Cruz. Mientras, la banda defendía que las placas y distinciones se obtuvieron con su trabajo y, dado que llevaban años sin pasarles dinero, los nuevos uniformes e instrumentos no le pertenecían a la hermandad.
"No hay problemas en que se lleven las placas y distinciones obtenidas de manera independiente, pero las logradas como parte de la agrupación se deben quedar", dijo Barrera. Mientras, la banda, una vez independizada, ha creado la Agrupación de la Santa Cruz, que ensaya en un local cedido por el Ayuntamiento y ha mantenido todos los contratos.
