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La maternidad como causa de discriminación

Esta semana las centrales sindicales han alertado sobre un dato con el que coincido plenamente, pues se ha puesto de manifiesto que el hecho de ser madre supone en el 80% de los casos, el detonante de situaciones de discriminación en el ámbito laboral.

el 15 sep 2009 / 23:39 h.

Esta semana las centrales sindicales han alertado sobre un dato con el que coincido plenamente, pues se ha puesto de manifiesto que el hecho de ser madre supone en el 80% de los casos, el detonante de situaciones de discriminación en el ámbito laboral. Esa conclusión, estimo que obedece a una lógica aplastante pues lo cierto y verdad es que resulta difícil conciliar la vida familiar y la dedicación a las atenciones domésticas, con el cumplimiento de las obligaciones laborales.

Esta dificultad conlleva que las mujeres tengan menos opciones de promoción profesional, desempeño de horas extras y un nivel de exigencia que muchas veces es incompatible con la capacidad y límites de resistencia humana.

Por consiguiente, partiendo de esa premisa y realidad social, lo que se deben arbitrar son medidas eficaces para evitar que se sigan produciendo esas situaciones de discriminación, que no obedecen sino a una concepción machista en el enfoque y tratamiento de esas obligaciones domésticas que se siguen haciendo recaer en las espaldas de las mujeres. La verdadera igualdad implica que si en la pareja, hombre y mujer trabajan, ambos sean los que compartan esas tareas de intendencia familiar. Lo contrario sería, insisto, favorecer posicionamientos propios del más rancio y denostado machismo. Mas lo que sinceramente, sigo sin comprender es que por parte de quienes se proclaman feministas y defensores de la igualdad, se sigan manteniendo actitudes y criterios coincidentes con ese machismo desfasado, pues se relega al hombre en la atención de la principal de las atenciones domésticas: la crianza, educación y cuidado de los hijos. Tanto durante la convivencia familiar como, de producirse, tras la ruptura de pareja, el auténtico feminismo, habría de ser el principal valedor de la corresponsabilidad parental y custodia compartida a fin de corregir esa lamentable discriminación.

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