Las negociaciones se han enconado por los 8 expedientes abiertos en la última huelga. ¿Tiene Tussam la convicción de que esas personas fueron los autores de los actos vandálicos?
-No hay duda de la participación de estas personas en los hechos. Así lo atestiguan las diligencias policiales, cuando fueron detenidos e identificados, con su carné y con la ropa que llevaban. No hay ninguna duda desde el punto de vista laboral de Tussam. Desde el punto de vista penal, el juez tiene que averiguar quién rompió qué luna...Este es un tema más díficil. Pero en la implicación, en distinto grado, porque no es justo decir que los ocho hicieron lo mismo, en éso no hay duda. No la tenemos nosotros, ni la tiene el comité de empresa, ni la tienen ellos. La prueba evidente es que de ellos hay tres que llevan de baja desde mayo del año pasado.
-Aparte de la huelga ha habido muchos incidentes en los últimos meses. ¿También han sido miembros de la plantilla?
-Sin duda. Se les conoce. Se les ve. Hay un dato claro, cuando en la huelga, los autobuses salían de las cocheras y les rompían las lunas y el autobús volvía a entrar en la cochera, éste era recibido por un piquete de trabajadores de Tussam, que lideraba el presidente del comité, entre aplausos. Lo que pasa es que se han producido otras cosas. Ha habido coacciones a trabajadores, se ha quemado el coche a un empleado, se ha volcado el coche del gerente...
-Siempre los mismos.
-Son personas de la plantilla y todas relacionadas con la Asociación de Conductores, el sindicato.
-Con la seguridad con la que habla de la responsabilidad de determinadas personas, ¿por qué no se han tomado medidas como despidos y sanciones?
-La legalidad es complicada, porque exige que si hay un procedimiento judicial el intermo de la empresa debe paralizarse. Abrimos expedientes, y después se inició el proceso judicial al margen nuestro, y tuvimos que paralizar el proceso hasta que finalice el penal. Esperemos que termine ya, sea como sea el final. Pero cuando termine continuaremos el proceso laboral. Pero ha pasado mucho tiempo. Demasiado.
-En el resto de cosas, como la readmisión de empleados despedidos, ¿hay acuerdo?
-Sí. Ellos plantearon diez temas distintos. Y tuvimos bastante acercamiento en cuatro ó cinco. Uno de ellos ya lo cumplimos que es convocar la comisión de calidad. En otros cuatro estabamos acercándonos. Y dos eran muy díficiles, uno más que el otro. El más díficil era el archivo de los expedientes. El otro, es que según el estatuto de trabajadores, una empresa tiene derecho, en caso de un despido improcedente, a readmitir o pagar una indemnización. Ellos plantean que la empresa renuncia. Y yo estoy dispuesto en determinados casos. Por ejemplo, una falta injustificada al trabajo de tres días. Pero en caso de violencia contra bienes o atentado contra otros trabajadores, en eso no podemos renunciar.
-¿Hay respaldo en la plantilla de Tussam a las movilizaciones?
-No. En la asamblea donde ellos deciden ir a la huelga hay muy poca resistencia. No llega al 15% de la plantilla. En la asamblea deciden unas cosas, y después convocan un referéndum para apoyar o no la huelga. Votan a favor el 33%. Ése es el respaldo de la huelga. Hay un 30% que dice que no. Y un 40 que se abstiene. Tengo el conocimiento absoluto de que la mayoría de la plantilla no quiso ir a la huelga de mayo, ni quiere esta huelga. Pero van atados por un comité y por su presidente, que les lleva a un camino sin salida.
-¿Temen más agresiones durante la huelga?
-Probablemente. Por eso hemos pedido apoyo a la Policía Local y Nacional. En esta ocasión no serán roturas de lunas, sino pinchazos en autobuses. Hay artilugios preparados.
-¿Temen daños a usuarios?
-Sí hay riesgo. En la huelga de mayo, en algún momento apedrearon vehículos con gente dentro. Aunque la mayoría de los vehículos los rompieron sin usuarios.
-¿Pueden garantizar la seguridad?
-Vamos a garantizar la seguridad. Lo hicimos en la huelga de mayo, y ahora también. Si pinchan un autobús no hay riesgo para los usuarios. Lo que genera es incomodidad porque se bajarán del autobús y nosotros lo cambiaremos.
-¿Y antes de la huelga?
-No creo que haya incidentes.
-¿Será esta huelga un punto de inflexión en la tensa situación de la empresa?
-Hay un elemento detrás, que es que en octubre hay elecciones sindicales en la empresa. Están en batalla pensando que el haga la batalla más dura, ganará. Es posible que tras las elecciones, las relaciones cambien.
-¿Confía en que se calme?
-Se tiene que calmar. Le interesa a la empresa, a los usuarios, sobre todo, y a los trabajadores, que están cansados de este clima de conflicto que genera el comité y de las amenazas e insultos.
-¿Puede Tussam hacer algún tipo de autocrítica después de un año tan tenso que desemboca en otra huelga?
-No lo sé. Podríamos hacerla. Pero yo la única autocrítica que puedo hacer es que hemos sido rigurosos con los desaprensivos y los vándalos porque con el resto de la plantilla hay relaciones cordiales y sin problemas.
