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La medicina del futuro empieza en Sevilla

Diagnóstico genético y terapia con células madre, grandes especialidades de una ciudad que aspira a ser un referente en la medicina avanzada

el 31 jul 2011 / 19:04 h.

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Una investigadora realizando un estudio genético en las instalaciones del Proyecto Genoma Médico (MGP), cuya sede central está situada en la Cartuja hispalense

Consideradas como el futuro de la medicina, las denominadas "terapias avanzadas" aspiran a ofrecer oportunidades para aquellas dolencias que hasta ahora no tienen un tratamiento eficaz. Daños en tejidos no regenerables, trastornos neurodegenerativos, cáncer, enfermedades hereditarias... la lista es muy larga. Frente a los tratamientos tradicionales basados en fármacos químicos, a menudo de escasa ayuda en estas afecciones, las terapias avanzadas se basan en la aplicación directa de células y tejidos vivos -incluyendo las células madre-, o hasta de material genético -fragmentos de ADN-, para curar. Y, en este ambicioso objetivo investigador, nuestra ciudad está teniendo cada día más que decir.


No en vano, en Sevilla funcionan actualmente cuatro grandes centros -tres públicos y uno privado- dedicados por completo al estudio de las terapias avanzadas. En ellos se investigan tratamientos para el cáncer, las enfermedades raras (en su mayoría congénitas) o trastornos incurables como el Parkinson, entre otras muchas cosas. Por si fuera poco, es inminente la apertura de un quinto centro público.


Este panorama es el resultado de años de esfuerzo institucional y de una creciente especialización científica en Sevilla, que están convirtiendo a la ciudad en un claro referente de la investigación en biomedicina. Las bases fueron puestas en el año 2006, cuando iniciaron su actividad dos entidades vitales en este proceso: el Cabimer , un centro de investigación aplicada dedicado a la biología molecular y a la medicina regenerativa, y el IBiS, el Instituto de Biomedicina de Sevilla , un espacio de investigación integrado en el hospital Virgen del Rocío.


Numerosos científicos vienen desde entonces realizando su actividad en ambos centros, que desde un principio han contado con un fuerte apoyo institucional. En este sentido, la actividad legislativa andaluza no es para nada desdeñable, y ha favorecido la llegada a la ciudad de empresas dedicadas a investigaciones jurídicamente delicadas. Las terapias basadas en el uso de células madre humanas son un buen ejemplo de ello. Farmacéuticas como la suiza Roche o la norteamericana Celgene, especializada en investigación de terapias avanzadas para cánceres, enfermedades raras y trastornos incurables en general, se han establecido en Sevilla en gran parte debido al marco normativo autonómico, tal y como han subrayado sus responsables en diversas ocasiones. La legislación vigente en Andalucía establece, según han declarado, un "contexto claro de seguridad jurídica" de cara a desarrollar su labor.


Roche y Celgene señalan también otros atractivos de Sevilla, además del marco legislativo. El alto grado de informatización de los datos clínicos existente en Andalucía, reunido por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) de forma universal y puesto a disposición de los investigadores, así como la posibilidad de encontrar personal científico y técnico listo para trabajar en el propio entorno sevillano -no olvidemos el papel formador del IBiS y el Cabimer durante estos años-, han sido decisivos. Como resultado, en febrero de este año fue inaugurado el Citre (Celgene Institute of Traslational Research Europe) , que desarrollará fármacos basados en células madre placentarias en su centro de la Cartuja, y para ello planea realizar una inversión de 45 millones de euros.


Y no será el único. Este mismo año, un mes después de la apertura del Citre, inició su actividad otra entidad investigadora en la Cartuja sevillana, en este caso orientada a las terapias genéticas: el MGP (Medical Genome Project, o Proyecto Genoma Médico) . Esta entidad pública es fruto de la colaboración entre la Junta y la farmacéutica Roche, unidas en el proyecto de identificar el origen genético de las enfermedades raras. Para este fin la empresa internacional invertirá 4 millones de euros en el centro hispalense.


No termina aquí la lista, pues existen otros centros cuyo inicio de actividad es inminente. El Larcel (Laboratorio Andaluz de Reprogramación Celular), que también se ubicará en la Cartuja y está previsto que abra sus puertas este año, se dedicará al estudio de la conversión de células ordinarias en células madre, con las que se trabaja en la regeneración de tejidos y órganos. Este nuevo centro es producto de la colaboración de la Junta con la Universidad de Michigan (EEUU).


Toda esta labor investigadora actúa en estrecha relación con los hospitales hispalenses, vinculados desde hace años con el Cabimer y el IBiS. De esta forma, los nuevos tratamientos que se descubran serán aplicados en Sevilla en primer lugar. Además de ello, la inversión de estos capitales supone un empuje para el empleo.

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