A veces, la sabiduría popular se adelanta a las investigaciones de los científicos. Caso de la miel, conocido por siempre como un potente antitusivo. Pues bien, éste es también el resultado de un estudio del Colegio de Medicina de la Universidad estatal de Pennsylvania (EEUU). Los investigadores han demostrado que dar un poco de miel al niño con tos antes de dormir puede ser más eficaz y saludable que cualquiera de los jarabes que habitualmente se compran en las farmacias. Este gesto no sólo alivia la tos nocturna, sino que también propicia el sueño en los pequeños más remolones.
Los científicos llegaron a esta conclusión tras comparar la eficacia de la miel con respecto al tratamiento con dextrometorfan (DXM), un compuesto supresor de la tos que actúa como ingrediente activo en muchos de los jarabes para el resfriado que se venden sin receta. Según el doctor Ian Paul, director del ensayo, la miel actuó mejor que el DXM en la reducción de la gravedad, la frecuencia y la intensidad de la tos nocturna que responde a una infección de las vías respiratorias superiores. Asimismo, mostró un efecto positivo en la calidad del sueño tanto del niño con tos como de sus padres.
Por otro lado, la administración de DXM resultó tan poco efectiva a la hora de aliviar los síntomas como no dar ningún tratamiento al niño.
Efectos adversos.
De hecho, un consejo asesor de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) recomendó recientemente que no se administren jarabes sin receta para el resfriado y la tos a los menores de seis años. Según explica, carecen de eficacia como tratamiento y además pueden provocar efectos secundarios nocivos.
No así ocurre con la miel, que la aconsejan en niños que superen el año de edad. Además, resaltan sus efectos antioxidantes y antimicrobianos que contribuyen a sanar heridas.