-¿Representa un cierto relevo generacional en IU?
-Dentro de la organización hay, aunque no lo parezca y las caras conocidas sean más mayores, bastante gente joven. Y en 2003 y en 2007 ya se intentó poner caras jóvenes en las listas. Eso no significa relevo generacional porque aunque no hubiera jóvenes en las listas, en las bases sí los hay. Pero dentro de ese tramo me han puesto con el objetivo de que haya una persona joven y todos los perfiles estén en la cabecera de la lista.
-Han sido cuatro años complicados para IU. Desde fuera del gobierno, ¿se siente orgullosa de la actuación de su grupo?
-Sí, me he sentido cómoda y orgullosa, porque todos los problemas se han afrontado de manera colectiva. Lo que sale lo vamos viendo en las reuniones de los consejos locales. Si se da una respuesta a algo, no se decide de forma unipersonal, nos reunimos y decidimos. Las posturas que defendemos las tenemos muy claras. Por lo menos, en Sevilla no ha habido discrepancia por las respuestas que se han dado, vamos todos a una.
-¿No han contribuido los errores propios de IU?
-Errores propios siempre hay. Nosotros intentamos ser autocríticos, porque es importante para hacer las cosas bien, saber reconocer los errores. Pero muchas veces nos han atacado desde algunos sectores sin existir esos errores. Ése es el problema.
-¿Qué errores?
-No me viene nada a la cabeza.
-¿Qué sintió cuando vio la foto de Torrijos con el marisco?
-Vergüenza, pero no por él, sino por querer sacar provecho de una cosa tan ambigua. El otro día estaba con un grupo de amigas, que no son militantes, y una me decía que era como si nos tomamos algo, nos hacen una foto y hay un plato de gambas. Y, además, era falso que se hiciera con recursos públicos.
-¿Y cuando vio la reacción de un sector de la ciudad por el papel de Vázquez en la huelga?
-Será un sector de la ciudad que no está a favor de la huelga, pero la gente que sí está favor de hacer una huelga para mejorar las condiciones de los trabajadores no creo que se escandalizara. La actitud de Carlos Vázquez en la huelga da una imagen de coherencia con sus principios.
-¿Podrá explicarle IU a su electorado por qué la imputación de Torrijos no le invalida?
-Ésa es la labor que tenemos. Tenemos que hacer un trabajo importante. Es verdad que los primeros días de que esto saliera, hubo sectores que se nos echaron encima porque decían que aunque la imputación fuera injusta no se cumplía el código ético de IU. Pero ahora las tornas han cambiado porque el consejo federal ha dicho que el caso de Torrijos no entraría en el código ético porque habría que ser imputado y procesado por un caso de corrupción. Con el boca a boca se puede conseguir. No podemos llegar a una persona de Valencia, pero en Sevilla, hemos contactado con muchas personas y colectivos para el programa, y creo que a partir de este contacto hacemos esta labor pedagógica.
-¿En algún momento pensó que iba a cambiar de candidato?
-No, lo tuvimos claro desde el primer momento. En Sevilla, todos los militantes de IU teníamos claro que era una cuestión absurda y que, si dimitía, le dábamos la razón a ciertos sectores que quieren que no esté. No tuvimos ninguna duda: Torrijos no tenía que dimitir. Y tampoco pensamos que él lo haría, porque si te pones en su pellejo, piensas: "Yo no lo haría". Pero aquí lo hemos tenido muy claro. No ha habido voces en contra.
-¿Hay campaña contra IU?
-Sí, en nuestros modestos ocho años en el gobierno hemos conseguido cosas que han hecho mucho daño a algunos sectores económicos y les duele el bolsillo. Y cuando esto ocurre, dicen, "se os acaba la broma, vamos a por vosotros". La campaña existe, no es una conspiranoia nuestra.
-¿Y entran algunos jueces?
-Dentro del poder judicial hay sectores conservadores y progresistas, y dentro de los conservadores habrá más de uno que nos tenga ganas también.
-¿Con qué se queda de estos años de gobierno?
-Los carriles bici han sido un giro importante. A mí me han facilitado la vida. Antes era un peligro desplazarse en bici y ahora no.
-¿Borraría algo?
-No sé...
-¿La Encarnación?
-No, no la borraría, soy consciente de que se ha gastado mucho, de que se les ha ido de las manos un poquito, bueno bastante, pero estéticamente me gusta.
-¿Se siente cómoda al oír a Espadas ante la posibilidad de compartir gobierno con él?
-No lo he escuchado mucho. Coincidí con él en un debate, y lo que le oí, pensé que era compatible con lo que defendemos, pero una cosa es lo que diga y otra lo que haga. Si se podrá o no trabajar con él si hay pacto... a ellos tampoco les quedará otra. Un pacto es una negociación, hay que exigir y ceder. Se podrá trabajar, como se ha trabajado con Monteseirín.
-¿Puede mejorar IU el resultado de 2007?
-Sí. Puede que no lleguemos al cuarto, pero en número de votos sí. Porque además, con la reforma de las pensiones o la reforma laboral, IU es el único que se ha posicionado en contra, y el PSOE ha metido la pata en todas las medidas. Hay gente que se sentirá identificada con nosotros.
-¿Qué pasaría si gana el PP?
-No voy a ser apocalíptica, pero será un revés importante. Creo que las cosas que están hechas no las van a quitar, pero se han hecho muchas cosas, y se nota el cambio, y será un revés negativo. Hay muchos avances que no continuarían.
