La mina de Aznalcóllar se podrá reabrir en 2015, según informaron ayer el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado, y el presidente de la Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (Aminer), Francisco Moreno. Maldonado, tras participar en la jornada técnica La nueva minería de Andalucía: Innovación, sostenibilidad y oportunidades, señaló que a finales de este año o principios de 2014 el concurso internacional para la explotación de esta mina estará en la calle, para que las empresas puedan optar al mismo. Eso sí, se han vetado a todas las sociedades que directa o indirectamente tengan alguna relación con Boliden, multinacional que explotaba la mina cuando se produjo la rotura de la balsa que provocó el vertido tóxico que llegó a las mismas puertas de Doñana. Esta condición se mantendrá hasta que esta empresa no reembolse al erario público el dinero que se invirtió para la restauración del medio ambiente, unos 90 millones de euros. A partir de que salga el pliego de condiciones, en el plazo de un año o año y medio la mina podría estar de nuevo en funcionamiento, según confirmó Moreno. Con la reapertura de esta explotación minera, que se hizo tristemente famosa en 1998 por la rotura de la balsa y que finalmente cerró en 2001, se podrán generar varios centenares de puestos de trabajo directos, en base al número de personas que trabajaban en el yacimiento antes de su clausura: entre 300 y 350 personas. A ello habrá que sumar los empleos indirectos que generará en la comarca en sectores tan variados como el de los áridos o servicios. Para explotar esta mina ya hay varias empresas interesadas, ya que esta explotación, con casi 950 hectáreas de superficie, cuenta con unos recursos constatados de 35 millones de toneladas de sulfuros polimetálicos (cobre, plomo y zinc, además de oro y plata) y con unos recursos posibles de 45 millones de toneladas, según manifestó el consejero. No sería entendible, ni responsable que, ante la situación económica actual y la alta demanda mundial de mineral, mantuviésemos en barbecho esta mina, recalcó Sánchez Maldonado. Además, destacó que ya está construida parte de la infraestructura propia de un complejo minero, como es el caso de la corta de Los Frailes, por lo que sería relativamente ágil su puesta en marcha, que generará empleo y nuevas actividades productiva en el entorno. Eso sí, remarcó que el proyecto se ejecutará en el escrupuloso respeto medioambiental y así se lo exigirá la Junta de Andalucía a la empresa que finalmente explote el yacimiento. La normativa es rigurosa, exigente y nosotros tenemos un mandato para la gestión correcta del dominio público minero al que no vamos a renunciar, insistió. El consejero recalcó que se velará por proteger el medio ambiente y para ello dijo que se van a aprovechar las innovaciones tecnológicas y las enseñanzas del pasado, para llevar a buen puerto esta iniciativa y transformar la explotación minera de Aznalcóllar en un referente internacional de la minería moderna y de respecto ambiental, como también los son Cobre las Cruces y Matsa, en Huelva. Por su parte, el alcalde de Aznalcóllar y exminero, Agapito Ramírez (IU), se mostró ayer esperanzado con el anuncio del consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado, de que la mina podría abrirse en 2015. Ramírez señaló a Europa Press que este anuncio llega como agua de mayo y, aunque se mostró cauto hasta el momento, reconoció que la iniciativa se está consolidando poco a poco, por lo que espera tener una reunión en breve para que se le concreten los puntos de desarrollo. Así, manifestó que este proyecto servirá para paliar el paro del 35 % en el pueblo y resolvería prácticamente la gran parte de las dificultades económicas del municipio, al aliviar la deuda de las arcas municipales. El proyecto de reapertura de la mina de Aznalcóllar cuenta con el apoyo de todos los grupos con representación en el Parlamento de Andalucía. Sólo los ecologistas muestran su rechazo por temor a que se pueda volver a producir un nuevo vertido tóxico como el ocurrido en 1998 con la rotura de la balsa. Por su parte, el Gobierno central exige que la mina se reabra con las medidas correctoras y de protección para evitar riesgos.