El PSOE de Sevilla hace mucho tiempo que optó por el camino más difícil para iniciar su proceso de reconstrucción. El desgaste que produce que el debate interno se amplifique y se haga público a la ciudadanía en su conjunto ha hecho mucho mal a una organización que se ha dado cuenta ahora de que eso, unido a la crisis y al malestar creciente, no hace más que alejarlo de la calle. Se percató Manuel Gracia, que antes incluso de las elecciones andaluzas pidió aparcar definitivamente esos roces que hacen al PSOE tan vivo como dividido a los ojos de la gente.
Ayer, en su despedida, Gracia tiró de manual, aquel que logró soldar levemente las grietas del partido: hay que estar a la altura de las circunstancias. Su frase epistolar fue interpretada al vuelo por los dos candidatos, Susana Díaz y Antonio Gutiérrez Limones, que vieron el camino tirando del municipalismo. O, mejor dicho, pensando en los alcaldes y portavoces de los municipios.
Eso se ha visto reflejado en una Ejecutiva Provincial diseñada por Susana Díaz durante la maratoniana tarde noche de ayer, que cuenta con un tercio de los alcaldes del PSOE repartidos en la provincia. Aquellos que sucumbieron al tsunami de mayo de 2011. Los mismos que llevan más de un año viendo desfilar por su despacho a cientos de vecinos pidiéndoles un trabajo o, en el peor de los casos, ayuda para subsistir.
El único pero ha sido la falta de integración, dado no habría estado de más que regidores como el propio Antonio Gutiérrez Limones, que ha enarbolado también esa bandera por los alcaldes, pudiera estar en esa Ejecutiva. La razón de su ausencia y la de otras sólo la conocen los que estuvieron dentro del habitáculo donde se analizaron durante algo más de cinco horas los nuevos miembros de la Ejecutiva.
El primer paso de estos alcaldes ya lo ha avanzado Susana Díaz: ir pueblo por pueblo a explicar las dolorosas medidas del Ejecutivo central. Ahora sólo falta que también las acompañen de respuestas.
