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La mitad de los profesores teme ser agredido

El miedo a la violencia física por parte de los alumnos es el primer factor de estrés entre los docentes, según un estudio realizado por la Federación de Enseñanza de UGT.

el 25 feb 2010 / 20:38 h.

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Los docentes de secundaria sienten la violencia física como una amenaza real pese a que sólo el 7,4% reconoce haberla sufrido.
Sólo un 7,4% de los profesores reconoce haber sufrido alguna vez una agresión física por parte de los alumnos, pero en un contexto laboral en el que el 54,4% afirma haber recibido insultos y un 32,4% amenazas, y en el que el 97,9% ha visto episodios de violencia de sus pupilos entre sí, el miedo a sufrir una agresión es el principal factor de estrés entre los trabajadores de la enseñanza. Son los resultados de un estudio realizado por la Federación de Enseñanza de UGT durante el pasado curso entre 1.223 profesores de Secundaria, 240 de Andalucía. El 50,2% reconoce que el temor a una agresión le provoca un nivel de estrés alto o muy alto.

 

El estudio refleja la incidencia de la violencia escolar en la salud laboral de los docentes y, pese a que los episodios de agresiones físicas a profesores son minoritarios, "el profesor ve el clima, en los medios se da mucha publicidad, y ese miedo potencial es terrible para el profesional", explica la secretaria de Salud Laboral de FETE-UGT, Lydia Asensio. De hecho, el 48,7% de los profesores encuestados ha estado de baja alguna vez en los últimos cinco años y, en el caso de las bajas de menos de tres días o de más de 10, un 22% vinculan el motivo de su ausencia al estrés.

Después del miedo a una agresión de los alumnos, lo que más estrés provoca en los profesores es la falta de respaldo de los padres ante problemas de disciplina de sus hijos en clase. Un 24% de los encuestados asegura haber sido insultado alguna vez por familiares de alumnos, un 19,2% amenazados y un 4% agredidos. El secretario general de FETE-UGT Andalucía, Juan Carlos Hidalgo, lo deja claro: "Sin el compromiso de las familias, es imposible buscar fórmulas de resolución de conflictos. Si un padre no puede con su hijo en casa, ¿qué puede hacer un profesor con 25 en clase?".

Con todo, son los conflictos con los alumnos y de éstos entre sí, mucho más habituales, los que más minan al profesorado. El principal problema entre profesores y alumnos es el de conductas que impiden el normal desarrollo de la clase, que van acumulando estrés en el docente "y cuando lleva 15, 20 ó 30 años se produce el síndrome del profesor quemado", señala Hidalgo. Por ello, UGT ha iniciado campañas de recogida de firmas para rebajar las ratios y prorrogar la jubilación voluntaria a los 60 años con el 100% del sueldo, que se implantó en la Logse y se mantuvo con la LOE pero sólo hasta 2011.

El secretario regional de FETE señala que "la solución no es echar" a estos alumnos que impiden dar clase "porque muchos es lo que buscan" sino que "son necesarios educadores, orientadores, formar al profesorado en técnicas de resolución de conflictos y que se reconozca el principio de autoridad del docente, que no es la panacea pero ayuda".

La encuesta, realizada en colaboración con la Universidad Complutense, revela que los profesores de los centros públicos perciben más conflictividad que los de los privados, aunque los responsables de FETE lo atribuyen a que los segundos "suelen tratar de esconderlo". La mayoría de los docentes da un notable a las medidas de las administraciones contra la violencia, aunque su nivel de estrés haga dudar de su eficacia.

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