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La moda del gañote

El invento está haciendo furor en Sevilla: el hostelero pone la comida y el flamenquito, y cada cual se paga luego sus copas en una laaaarga sobremesa. Una genial idea anticrisis.

el 12 mar 2011 / 21:04 h.

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El gañote es pura filosofía: es amor por los placeres del paladar, culto al cuerpo propio y al ajeno, celebración de la guasa en buena compañía, respeto a las raíces, himno a la alegría, rompeolas de todas las penas y muchísimas más figuras retóricas, preciosas todas ellas. Y encima, baratísimo. El gañote es, en síntesis, un don. La Esclavina, Ignacio Vidal, Cepo, Minotauro, La Cococha, Víctor y La Casona del Porvenir son los locales sevillanos que se han apuntado ya a este invento de un puñado de amigos que ahora son legión, y cuyo líder espiritual, a decir del incondicional Nicolás Valero (que no le va a la zaga en ganas), es José Manuel Flores.

Flores, a quien pueden ver ahí arriba guisando una ropavieja, tuvo la ocurrencia hace tres años, cuando empezó la crisis: cómo hacer para que la gente, siga saliendo a comer y a divertirse y que los restaurantes mantengan el tipo, menudo pedazo de reto. La solución llegó en forma de grupo de Facebook: Este viernes comemos de gañote, donde ya hay casi 400 inscritos. Es un grupo abierto: si usted quiere, se apunta y va al próximo gañote.

"Espero que cada vez seamos más y poder dar así cabida a más negocios sevillanos", expresaba anoche Flores, tras alabar la respuesta del grupo de amigos a su idea "y lo bien que les ha venido a muchos negocios para darse a conocer". ¿Cuánta gente va? "Pues al principio puede haber unos cuarenta y luego, conforme avanza la tarde y la gente termina sus obligaciones, sube a casi el doble."

Qué bella palabra: gañote. Bueno, tal vez no sea bella per se, pero es sugerente: gratis, por el morro, por la cara, de gorra, de balde, graciosamente, por la patilla... Patillas las que llevaba este viernes (hasta ayer de madrugada) el citado Nicolás Valero disfrazado de patriarca. Porque además, muchos de estos gañotes son temáticos, para añadir un plus de choteo al asunto con los disfraces (el próximo, los hippies). La parodia de boda gitana se hizo en ese precioso chalecito cercano a Casa Palacios conocido como La Casona del Porvenir, en el 7 de la calle Santa Rosa. También hablan maravillas de las reuniones hechas en ese Minotauro del Paseo de Colón esquina con Adriano, junto a Socorro González Sánchez-Dalp, hija del torero Manolo González.

"Había que buscar una solución para que las ganas de diversión no decayeran, ya que algunos dueños de establecimientos hosteleros no se resignaban a tener vacíos sus locales", comenta Valero. Estos fueron apuntándose a la idea y ahora hay cola. "A partir de las tres, empezaban a llegar hambrientos y directos al gañote muchos que salían de sus trabajos los viernes a mediodía con ganas de divertirse y de escuchar y bailar flamenquito, que es otro de los detalles que tienen los propietarios. A cambio, la gente se quedaba varias horas consumiendo bebidas para que en los bares cuadrara la caja y así poder repetir otro viernes." Gañote profundo, pues. Entre en Facebook y hágase gañotero, no sea que se acabe la crisis y no le dé tiempo de pasárselo de miedo.

De utilidad:
Qué: El Gañote: guiso, flamenquito y copeo en un local de Sevilla.
Dónde: El último ha sido en La Casona del Porvenir (en la foto).
Cuándo: Los viernes.
Cuánto: Según lo que se beba. Comer es gratis, y el flamenco también.
Cómo: Apúntese en ‘Este viernes comemos de gañote' en Facebook.


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