Marian Rodríguez preside la primera asociación de mujeres musulmanas de Sevilla, que acaba de constituirse.No es árabe pero sí musulmana, una religión que ha abrazado a través de su pareja. Preside la primera asociación de mujeres musulmanas, recién creada: Fisabilillah, una expresión islámica que significa que todo se hace por agradar a Dios. Defiende que una cosa es la religión y otra las costumbres culturales de los países árabes con las que no siempre coincide. La asociación, abierta a mujeres musulmanas árabes, busca desligar ambas, sin imponer nada pero promoviendo el conocimiento del Islam sin tópicos para que la religión no sirva de excusa a prácticas machistas. Mañana domingo celebrarán, junto a los miembros de las mezquitas de Sevilla, el Eid al Fitr, la fiesta del desayuno que pone fin al Ramadán y en la que es costumbre regalar libros, ropa o juguetes a los niños, que desde la asociación han recogida para donarlos.
-¿Cómo y por qué surge la idea de crear una asociación de mujeres musulmanas?
-No había ninguna y existía la necesidad. La idea es eliminar las costumbres árabes de lo que es el Islam en realidad porque hay ciertas cosas que son correctas y otras que retiran del Islam más de lo que acercan, por ejemplo la lejanía entre el hombre y la mujer en algunas ocasiones. Básicamente surge con esa idea, para poder hacer Dawah, dar a conocer el Islam a otras personas y formarnos nosotras también para poder dar esa imagen del Islam que se necesita adquiriendo conocimientos poco a poco.
-¿Su origen no árabe puede despertar reticencias en la propia comunidad?
-Creo que al contrario porque son pasos que a lo mejor ellos, por no estar en su país, no se atreven a dar aquí en Sevilla porque en el resto de España hay asociaciones de mujeres musulmanas prácticamente en todas las ciudades.
-Pero buscan desligar aspectos culturales árabes de la religión siendo de otra cultura.
-Todo el mundo no tiene la misma opinión, habrá personas que estén de acuerdo y otras no, pero nosotras pretendemos seguir el Islam, no el arabismo ni las costumbres árabes. Evidentemente dentro del Islam hay muchas cosas que los árabes hacen porque se guían por la religión pero otras muchas que no, que son costumbres culturales. Nadie pretende quitarle las costumbres a nadie pero una mezquita es una mezquita y la religión es la religión. Fuera de ahí cada uno que haga lo que quiera pero dentro somos todos iguales, hombres y mujeres. Hay sitios en los que la mujer no puede acercarse al hombre para hacerle una pregunta y eso no es Islam, eso es costumbre. Lo que pretendemos en centrarnos en lo que realmente es el Islam, quitar esos tópicos, que la gente se entere de lo que es el Islam de verdad y de qué mejor manera que a través del conocimiento.
-¿Qué costumbres culturales considera que perjudican la práctica religiosa?
-El machismo por ejemplo. No tiene nada que ver con el Islam, son costumbres adquiridas de sus países de origen.
-Pero lo que desde la cultura occidental puede parecer machista en la oriental puede no serlo. Usted usa el hijab que aquí es visto como un símbolo de sumisión de la mujer.
-El hijab es un símbolo de sumisión a Alá, nunca al hombre. De hecho, ningún hombre tiene derecho a obligar a su mujer a que se ponga el pañuelo y ninguna mujer debe ponérselo si no lo siente por Alá. Pese a lo que aquí se cree no es machismo, es decisión propia.
-¿Por qué se vincula tanto al Islam con el machismo pese a que todas las religiones tienen un punto machista?
-Por las costumbres, porque en el Corán dice claramente un montón de veces que el hombre y la mujer son iguales. Todos tenemos el mismo nivel en el Islam. Evidentemente yo no me voy a poner a rezar delante de un hombre pero es tan sencillo como la postura. No te puedes poner con la frente en el suelo y tus partes traseras en alto delante de un hombre porque es imposible que ese hombre se pueda concentrar. Ese es el motivo de rezar detrás y eso aquí se ve machista pero es cuestión de informarse.
-¿Detecta en la mujer árabe conciencia de desigualdad?
-Las mujeres árabes en muchos casos son más machistas que los hombres. La mujer occidental ha evolucionado mucho más y la mujer árabe ha evolucionado pero a un ritmo inferior porque muchas se quedan en su casa, no salen a trabajar, no estudian, que tienen la obligación porque el Islam nos obliga a adquirir conocimiento igual que al hombre, y ese puede ser el motivo de que sean un poco más machistas. Tampoco han tenido las oportunidades que hemos tenido nosotras por vivir en ese tipo de sociedad. Hay un poco de todo pero sí es cierto que la mujer árabe es una de las grandes culpables de que haya tanto machismo.
-¿Qué lleva a una mujer sevillana, criada en la tradición católica, a abrazar el Islam?
-En mi caso viene a raíz de conocer a un chico marroquí que hoy es mi marido pero no por él sino al entrar en su familia. Lo que más me llamó la atención la primera vez que fui a Marruecos fue el hecho de estar en una casa y que a la hora del rezo todo el mundo lo dejara todo y se fuera al sitio de rezo y rezara junto. Fue una especie de escalofrío, decir ¿qué es lo que pasa aquí, qué me estoy perdiendo? No era para nada practicante católica y el ver eso te hace recapacitar, el hecho de ver el sentimiento de unión familiar que tienen no dado de herencia sino por el Islam. Pero no todas las conversas han vuelto al Islam por un hombre aunque la mayoría sí porque aquí hay un gran desconocimiento del Islam. Así que o te metes a estudiar cultura árabe o conoces a un árabe y te mezclas con musulmanes.
-En Túnez las mujeres se han manifestado contra la supresión en su Constitución de la alusión a la igualdad de hombres y mujeres, a cargo del nuevo Gobierno surgido tras la primavera árabe. ¿Cómo ve este movimiento?
-La primavera árabe ha sido un movimiento muy importante porque hacía mucha falta, porque ya está bien de dictaduras y esperemos que sea para progresar, que es de lo que se trata.