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La mujer pelea por hacerse un hueco en los puestos relevantes de la Universidad

La mitad de los profesores de la Universidad de Sevilla son mujeres, pero sólo uno de cada seis catedráticos es del sexo femenino. Los puestos de administración están copados por ellas, pero les son 'vetados' trabajos del mismo segmento considerados masculinos. Con este diagnóstico, la Hispalense ha puesto en marcha el I Plan de Igualdad.

el 16 sep 2009 / 05:34 h.

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La mitad de los profesores de la Universidad de Sevilla son mujeres, pero sólo uno de cada seis catedráticos es del sexo femenino. Los puestos de administración están copados por ellas, pero les son 'vetados' trabajos del mismo segmento considerados masculinos. Con este diagnóstico, la Hispalense ha puesto en marcha el I Plan de Igualdad. Tres mujeres nos cuentan su día a día y los avatares por los que han pasado para hacerse una carrera profesional.

PAULA LUNA

Cuando entró con 22 años en el Departamento de Economía Financiera de la Facultad de Económicas era la única mujer entre sus compañeros profesores. Ahora, en 2009, "somos mayoría en la Universidad". Paula Luna logró en 2000 la cátedra de Organización de Empresas -"fui la primera [lógicamente] de mi departamento", subraya- después de arañar tiempo de ocio. Porque éste es uno de los mayores sacrificios que ha tenido que hacer Paula para poder hacerse una carrera profesional dentro de la Hispalense.

"No he renunciado a muchas cosas en mi vida. Sí que he tenido que dar un plus añadido, un esfuerzo extra para hacer lo que más me motivaba en la vida, la docencia y la investigación". Tanto le entusiasma su labor que Paula se reconoce "adicta al trabajo". "Ahora que llegan las vacaciones me cuesta mucho desconectar. De hecho, es raro verme sin el ordenador portátil. Lo llevo a todas partes", confiesa esta profesora de Nuevas Tecnologías en Económicas. Paula ha constatado dos cosas en las clases que imparte: que las mujeres son mayoría en la Universidad y que son "muy buenas y más eficientes". Y apunta tres causas como explicación: la motivación, la visión pragmática y la capacidad de lucha.

"Mis compañeras que tienen familia, para demostrar su valía, tienen que sacar tiempo de dónde sea. Después de atender a su familia, apagan la televisión y se quedan hasta las tantas para seguir formándose y haciéndose un currículum", explica. ¿Las alumnas de esta generación lo tendrá más fácil? "Creo que sí. Las mujeres somos más fuertes y tenemos más capacidad de sacrificio que ellos", apunta Paula para la que "las políticas de igualdad habrían sido muy buenas hace 20 años. Ahora todo está más equiparado. ¡Ojalá me hubieran pillado a mí!", se sonríe.

BEGOÑA BLANDÓN

Begoña Blandón ha decidido "vo-luntariamente" postergar su ascenso dentro del escalafón universitario para convertirse en profesora titular "porque no puedo aspirar a ello, ya que no puedo preparar más currículum". "He renunciado hasta que los niños me den más tiempo", subraya. Con tres pequeños de entre siete y dos años, Begoña tomó una decisión después de "hablarlo mucho con mi marido". "Aunque somos una pareja equilibrada, uno tiene que estar más implicado que otro y a mí me salió de forma voluntaria", explica.

Esta doctora en Arquitectura entró en la docencia universitaria "por vocación pura y dura" poco después de terminar la carrera en 1999. Comenzó haciendo sustituciones por embarazos, enfermedad... hasta que consiguió su primer contrato indefinido. "Postergué tener niños hasta que no tuve bien metida la cabeza dentro del sistema", reconoce, pero como "el momento perfecto no va a llegar nunca", a los cuatro años de casada decidió lanzarse a la aventura de la maternidad. "Cuando tienes el primer niño hay un freno natural. Hay un orden de prioridades, tienes que dejar algo: o la promoción o la maternidad".

Begoña es profesora del Departamento de Construcciones Arquitectónicas y reconoce que puede conciliar "perfectamente" la docencia con el cuidado de su familia. Pero no oculta, ni reniega, de su realidad. "Soy consciente de que estoy en una época de supervivencia. No se trata del lugar de trabajo sino de que he renunciado a hacer más currículum hasta que los niños me den más tiempo". "¿Frustración? En absoluto, tengo muchos años por delante", afirma Begoña, de 39 años. ¿Habría que revisar el sistema de promoción? "Quizás se podría tener en cuenta la calidad de las clases y la capacidad de trabajo. Aunque, bueno, es lo que hay", sentencia.

MARÍA JOSÉ JIMÉNEZ

n María José Jiménez, administrativa del área de Recursos Humanos de la Universidad de Sevilla, lo tiene claro: "Hay más interinas en la Universidad porque la mujer se inclina por la función pública ya que así es más fácil conciliar la vida laboral con la profesional". María José, funcionaria desde 1994, reconoce que su carrera profesional "no ha sido difícil". Entró a trabajar antes de terminar los estudios de Informática, que postergó.

Pasado el tiempo, los retomó pero en otra especialidad (Relaciones Laborales) más acorde con las funciones que empezaba a ejercer en su puesto de trabajo. "Conforme he ido promocionando, he podido conciliar mejor mi vida profesional con la personal", apunta esta administrativa. De hecho, alaba el nuevo sistema de control horario implantado por la Universidad de Sevilla hace unos años y con el que puede organizarse mejor sus horas de trabajo, adecuándolas al cuidado de su madre. No oculta que durante los desayunos las compañeras casadas y con hijos cuentan las carambolas que hacen día a día para salir adelante. "Las mujeres con cargas familiares lo tienen más complicado para poder hacerse un currículum. No porque la empresa [en alusión a la Universidad] no ofrezca posibilidades, sino porque tienen que hacer el doble de esfuerzo", apostilla.

El I Plan de Igualdad aprobado por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla destaca que en el sector del PAS (Personal de Administración y Servicios), el 53% de los empleados son mujeres, pero matiza que éstas parecen tener vetados determinados puestos, como es el caso de los de programación informática. María José apunta que "ahora está todo muy repartido" dentro de la función pública. "Hay más mujeres porque optan más a las oposiciones y, por cierto, se preparan más y obtienen mejores notas", sentencia.

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