Cultura

«La música de hoy debe ir fuera de los escenarios clásicos»

‘Sevilla y la música contemporánea: estudio de una historia viva’ es el título del libro que publica el musicólogo Pedro Ordóñez Eslava. Un reflexivo análisis sobre un material sensible y de rotundo interés.

el 28 dic 2014 / 16:00 h.

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Pedro Ordóñez, en el Teatro Central, junto al compositor Francisco Guerrero. / Carlos Hernández Pedro Ordóñez, en el Teatro Central, junto al compositor Francisco Guerrero. / Carlos Hernández

¿Por qué debería interesarnos la música contemporánea en Sevilla? El musicólogo Pedro Ordóñez plantea en su estudio, editado por el Consistorio, la respuesta: «Es una parte más de la realidad cultural de la ciudad. Una realidad diferente que se conoce muy poco, que tiene trascendencia social y que merece la pena acercarse a ella». En su caso, un proyecto de investigación le puso en 2006 ante la perspectiva de estudiar la realidad sonora contemporánea andaluza en toda su extensión. Pero pronto advirtió que la de Sevilla tenía tal peso específico que merecía una atención monográfica.

«Han pasado muchas más cosas de las que puedan pensarse, desde la visita de Mauricio Kagel o Louis Andriessen al concierto que Karlheinz Stockhausen dio en el Teatro de la Maestranza en 1992», explica. Pero, en todo momento, «la música contemporánea ha tenido aquí los pies de barro». «Estamos mucho menos formado en lo auditivo que en lo visual, pero si una propuesta como el Festival de Cine Europeo triunfa también debería hacerlo la música actual».

¿Cómo? «Hay que sacarla de los espacios de la música clásica, llevarla a galerías de arte y librerías. Cuando en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) se ofrecían conciertos, estos se llenaban al juntarse las sinergías del público del arte y de los aficionados a lo sonoro», comenta. En el mismo sentido, Ordóñez aboga por «eliminar el superviviente Ciclo del Teatro Central»: «Eliminarlo y reformularlo, claro, proponer un formato más interesante, implicarse más en él, crear un público, una demanda, porque aunque el apoyo institucional es importante, hay que lograr ser sostenibles».

Por su libro desfilan todos los actores de la música contemporánea en Sevilla. También se repasan conciertos y acontecimientos. Y va a concluir en que «hace falta oxígeno, recuperación, gestores con nuevas ideas». «Es falso que el sevillano esté genéticamente limitado para escuchar música de creación, música que está viva y que nos reta», asegura. Pero para que esta «historia viva» tenga un largo futuro es necesario «romper con lo minoritario y con un cierto espíritu snob que sobrevive en algunos oyentes».

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