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La muy difícil aceptación de la realidad

Sobre todo cuando tiene naturaleza electoral. No nos conocemos hasta que no pasamos por concretas experiencias. Las reacciones de algunos miembros del PNV ante el Acuerdo firmado por Socialistas y Populares que permite, entre otras cuestiones, la elección como Lehendakari de P. López, ponen de manifiesto varias cosas...

el 16 sep 2009 / 01:31 h.

Sobre todo cuando tiene naturaleza electoral. No nos conocemos hasta que no pasamos por concretas experiencias. Las reacciones de algunos miembros del PNV ante el Acuerdo firmado por Socialistas y Populares que permite, entre otras cuestiones, la elección como Lehendakari de P. López, ponen de manifiesto varias cosas.

No es posible que se escandalicen ante el Pacto citado, cuando sus parlamentarios votaron, en 1996, la investidura de Aznar, y entonces mandaba Arzalluz. También negociaron con ETA, lo que motivó el desconcierto de antiguos miembros, como el ex Alcalde de Vitoria, J. L. Cuerda (El País, 14-1-2001). Además, la investidura se alcanza democráticamente, no por el Partido más votado, sino por aquel que consigue la mayoría parlamentaria. Por otra parte, el PNV se empeña en olvidar el pluralismo que existe en la sociedad vasca, puesto de manifiesto en las últimas elecciones, lo que le lleva a proclamar algo así como el caos o yo, sin tener en cuenta que el nacionalismo excluyente encuentra su contexto adecuado en momentos de tensión, a los que no parece muy propicia aquella sociedad. El mismo Ybarretxe, en el reciente Aberri Eguna, advierte el daño que ETA ocasiona al País Vasco.

Habrá que estar atento a la deriva que adopte este Partido una vez que se consume, que aún no lo está, la alternancia en el Poder tras 29 años ininterrumpidos en el mismo. De momento, los indicios no son muy tranquilizadores dadas las declaraciones de algunos de sus dirigentes y de la anunciada huelga general por sindicatos vascos, que ha sido calificada por C. Méndez como de carácter político. En definitiva, el PNV tiene que aceptar la realidad, que la marea nacionalista, posiblemente ha llegado a la pleamar y que la rutina es bien difícil para el nacionalismo excluyente, que parece ideado para la agonía y la excepción (J.J. Solozábal). La soledad parlamentaria del PSOE enseña que ciertos nacionalismos se venden pero no muy baratos.

Colectivo de profesionales andaluces

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