Todos los grupos políticos de la Eurocámara coincidieron el martes en condenar la muerte del disidente cubano Orlando Zapata y en reclamar al régimen de La Habana respeto a los Derechos Humanos y avances hacia la democracia, pero la posibilidad de normalizar las relaciones con la isla, como defiende la presidencia española de la Unión Europea, no logra el consenso del Parlamento Europeo.
Durante el debate celebrado ayer y previo a la resolución que se votará hoy para condenar la muerte de Zapata, el grupo mayoritario de la Eurocámara, el PPE, defendió por "coherente" el mantenimiento de la llamada Posición Común de la Unión Europea establecida en 1996 que condiciona el diálogo político con Cuba al avance en Derechos Humanos.
Sin embargo, los Verdes y la Izquierda advirtieron del peligro de recuperar la "política del bloqueo". "La posición común del Consejo está vigente y es una posición honorable, porque pide la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos, y coherente, porque pide que se respeten los derechos y las libertades fundamentales para anclar a Cuba a nuestros sistema de valores y no a los de China o Vietnam", dijo el eurodiputado del PPE José Ignacio Salafranca.
En nombre del Grupo Socialista, Luis Yáñez Barnuevo, pidió "no entrar de momento" en un tema que divide y centrarse en "salvar vidas" y defender los Derechos Humanos. En este sentido, propuso "abrir un periodo de reflexión serena" para buscar "lugares de encuentro sobre la política futura con Cuba".
Por otra parte, la comparación hecha por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, entre presos políticos de Cuba y delincuentes fue criticada hasta en su partido, que aun así ayer se negó a votar una censura contra la falta de libertades en la isla.
Raúl Jungmann, del opositor Partido Popular Socialista, presentó ayer ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara baja una moción de censura contra "las violaciones de los derechos humanos en Cuba", pero el mayoritario grupo oficialista, encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT), vetó la propuesta.
Ashton se defiende. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se defendió ayer de los numerosos ataques recibidos durante sus tres primeros meses en el cargo y dibujó ante el Parlamento Europeo las claves para una nueva política exterior comunitaria “más fuerte, más firme y con más confianza en sí misma”.
Tras 100 días como Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Ashton pidió ayer paciencia a quienes la acusan de no haber logrado avances. La británica, cuyo nombramiento consideran un error un buen número de analistas, recordó que Europa está “construyendo algo nuevo” con el nuevo Tratado de Lisboa.