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Economía

La nueva biotecnología y los drones aterrizan en el campo

Poco a poco la tecnología se introduce en un sector «reacio»

el 30 ene 2015 / 10:30 h.

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Imagen image002 copiawebEl Instituto de Massachusetts (MIT) considera que los drones agrícolas son el principal avance tecnológico de 2014. Eso en Estados Unidos, donde hay grandes extensiones de cultivo difíciles de monitorizar de otra manera, porque en el campo español y andaluz ahora se está empezando a trabajar con estos vehículos aéreos a control remoto. En el XIII Symposium de Sanidad Vegetal que se celebra en Sevilla se ha hablado de ello e incluso la firma con sede en Sevilla Droning, especializada en monitorización de cultivos y levantamientos topográficos, contó con un expositor. Han sido los primeros en llegar a un campo «reacio a la nueva tecnología y muy envejecido». Esto es lo que opina Jesús Álvarez, socio director de Droning, quien explicó que la mayoría de las empresas de drones se ha centrado en España en la filmación, no en la agricultura, «porque se saca más rendimiento a corto plazo». Ellos mismos estrenan hoy en Fitur un vídeo sobre Palencia. Sin embargo, Álvarez defiende que en la agricultura es en lo que el dron tiene más opciones de trabajo, aunque su desarrollo está «más verde». Imagen melia002 copiawebCon los drones se ofrece información sobre la elevación del terreno, fundamental para la instalación de un sistema de riego, para saber las zonas inundables, por dónde correrá el agua o dónde plantar, por ejemplo, los árboles frutales. En segundo lugar, con un dron se monitoriza el cultivo para detectar, entre otras cosas, «su estrés»: si le sobra o falta riego, si hay plaga o enfermedad o si existen problemas de siembra. Incluso con un mapa de infrarrojos, el agricultor puede conocer si sus plantas empiezan a enfermar «antes de que a simple vista se vea». ¿Cómo? Por el calor que desprenden. «Nuestras cámaras detectan a la planta sana porque refleja el calor, la que no lo está lo retiene y termina quemándose, muriendo», indica Álvarez. En Estados Unidos se empiezan a estudiar los valores mínimos de cada clase de planta, porque no retiene igual el calor un tomate que un pimiento. «Ya se puede saber incluso cuándo es mejor recolectar el tomate gracias al mapa de infrarrojos», defiende el director de Droning. ¿Pero es rentable comprar un dron o los servicios de una empresa especializada para una pequeña o mediana finca? Álvarez cree que sí si se exprimen bien las muchas aplicaciones que tiene, pero añade que sus principales clientes son las Asociaciones de Producción Integrada (API), una especie de asociación de vecinos de agricultores que contratan a un único ingeniero agrícola para todos. Sólo en Jaén hay unas 50 para el olivar. Manuel Pérez, del departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Sevilla, expuso en su conferencia Control inteligente de equipos para el manejo de las malas hierbas que se espera que a corto plazo los drones sean capaces de detectar al menos el 90 por ciento de los rodales de malas hierbas. En el último año las compañías de drones han vendido unas 500.000 unidades en todo el mundo y en España, hasta octubre de 2014, mil unidades de guiados automáticos para vehículos agrícolas, según afirmó Pérez. Pero no toda la innovación en el campo está relacionada con los drones. En el symposium se pusieron de relieve los «vacíos» que existen en la legislación relativa a productos biológicos de nueva generación. «Las normas no son claras y no se piensa en cierto tipo de producto. La tecnología y la investigación avanzan más que la legislación», indicó Jesús Juárez, de la empresa de biotecnología Symborg, que con un hongo es capaz de potenciar la raíz de las plantas y hacerlas más fuertes. Diego Abadía, ingeniero técnico de Agrofresas, empresa de Moguer (Huelva), explicó a este periódico cómo en la lucha biológica se usan insectos. Ácaros depredadores como el phytoseiulus persimilis acaban con la araña roja que ataca la fresa o la frambuesa, como la avispa parásita aphidius colemani termina con el pulgón o como el trips desaparece con un chinche, el orius. Sebastián Pantión, de Spheragro, se estrenaba con expositor este año y aseguraba que este congreso es «el más importante de la sanidad vegetal». Su empresa arrancó a mediados de 2013 y «superó las expectativas». «La agricultura no fue el sector más golpeado por la crisis. Hay mucho movimiento», defendió. José Giner, de GMW Bioscience, ponía el acento en los bioestimulantes, «muy en auge» tras la nueva normativa, mientras que Luis Cárdenas, de Sustainable Agro Solutions, de Lérida, aseguró que el tema estrella del symposium fue la interpretación de la legislación sobre registros y fitosanitarios, un campo en continua evolución. Éxito de público en la cita de sanidad vegetal La Gestión Integrada de Plagas (GIP), la presentación de seis guías de cultivo, las aplicaciones informáticas (TIC), el uso de drones y el control inteligente de malas hierbas, son los principales temas que se analizaron ayer en el XIII Symposium de Sanidad Vegetal que congregó en el Hotel Los Lebreros a más de 900 profesionales de la sanidad vegetal y que hoy será clausurado. La gran mayoría de los presentes subrayó el éxito de participación de esta edición. José Giner, de CMW Bioscience, no se pierde una cita desde hace cinco años y, en su opinión, este año vio «una gran afluencia de público». Comentaba el «revuelo» formado en este congreso por los bioestimulantes, mientras que Seila Martínez, de Cambium, destacó cómo en el sector «hay mucho movimiento». «No se ha sentido la crisis», defendió. Luis Cárdenas, de Sustainable Agro Solutions resaltó la gran «expectación por el presente y el futuro» de la sanidad vegetal y el ansia por comprender una legislación, a su juicio, nada clara. De hecho, una de las aportaciones más aplaudidas de este symposium es la explicación de la normativa. La lucha biológica, servicios de laboratorio o ensayos, novedades fitosanitarias... todo tiene cabida, si bien uno de los stand más visitados fue el de Droning.  

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