Local

La nueva casa del Gran Poder

Después de seis meses y medio clausurada por obras, la Basílica del Gran Poder está presta para recibir el viernes a sus habituales moradores. A simple vista, su fisonomía no ha cambiado mucho, pero "lo importante de las obras es lo que no se ve". El Señor de Sevilla duerme ya a resguardo de incendios y actos vandálicos.
> Ver vídeo
> Ver Fotogalería

el 15 sep 2009 / 18:10 h.

TAGS:

>> Pulse para ver el vídeo

Después de seis meses y medio clausurada por obras, la Basílica del Gran Poder está presta para recibir el viernes a sus habituales moradores. A simple vista, su fisonomía no ha cambiado mucho, pero "lo importante de las obras es lo que no se ve". El Señor de Sevilla duerme ya a resguardo de incendios y actos vandálicos.

Gracias al incansable esfuerzo de los profesionales que han intervenido en este proyecto, la obra ha cumplido sus plazos escrupulosamente, por lo que el próximo viernes la obra cumbre de Juan de Mesa y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso regresarán a la que desde mayo de 1965 es su casa, en la plaza de San Lorenzo. A los ojos de los fieles, el aspecto interior de la Basílica no ha variado mucho, excepción hecha de la nueva balconada del coro y del fogonazo dorado que desprende el retablo de los titulares después de su minuciosa restauración.

Pero como insiste el hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, "lo importante de estas obras es lo que no se ve", una razón invisible que ha impulsado a la cofradía a embarcarse en este proyecto: el acondicionamiento del camarín del Señor para dotarlo de las medidas necesarias tendentes a su mayor seguridad y conservación.

A partir del próximo viernes, el Señor de Sevilla pasará las noches en el interior de una cámara blindada, a salvo de cualquier eventualidad, un búnker al estilo del que ya disponen imágenes como la Macarena, el Cachorro y, más recientemente, la Amargura. Para ello se ha procedido a instalar un telón cortafuegos en la embocadura del camarín que protegerá al Señor ante cualquier conato de incendio y cuando la Basílica quede vacía durante su horario de cierre, aunque ni siquiera de noche se perderá de vista la silueta del Nazareno. De las tres hojas correderas que componen el morado telón de acero (se cierran horizontalmente), la central dispone de un vidrio parallamas antivandálico que permitirá la visión del Señor y que garantiza una resistencia al fuego de 120 minutos.

Para la instalación de este sistema de seguridad, diseñado por el arquitecto Jacinto Pérez Elliot, ha sido necesario despegar el retablo de la pared alrededor de 20 centímetros, así como su recremiento lateral, lo que de paso ha permitido la ejecución de nuevas hornacinas para alojar a las imágenes de la Virgen y el San Juan.

Las dos puertas laterales de acceso al camarín también se han dotado de un sistema contraincendios y antivandalismo, convirtiendo el camarín en una cámara de protección de la imagen. Hasta 11 detectores distribuidos en un anillo perimetral por toda la iglesia se encargan de medir las variaciones de temperatura para, en caso de que superen los niveles establecidos, se active automáticamente el cierre del telón.

Paralelamente, en el camarín se ha instalado un sistema de climatización, con circuitos de impulsión y retorno, que permitirá mantener estables las condiciones de humedad (50%) y temperatura (entre 21 y 25 grados) en su interior. Además, para evitar el efecto de tiro de chimenea que desempeña la estancia, vía de escape de los humos de las velas y de otros agentes contaminantes, a los pies de la embocadura del retablo se ha instalado una cortina de aire que aisla el camarín, una demanda en la que insistieron mucho los restauradores de la imagen, los Cruz Solís, y que históricamente ha sido causa de su progresivo ennegrecimiento. Una curiosidad: la propulsión lineal de aire, mediante una multitobera de 25 salidas, se probó primero con un maniquí para evitar que la velocidad del aire expelido (de 3 ó 4 metros por segundo) influyera en la túnica del Señor o en los cirios que iluminan el retablo.

Las obras, desarrolladas por la empresa Cota 21 S.L., también han comprendido la construcción de un columbario y la ampliación del coro de la Basílica. Para lo primero, se ha acondicionado un antiguo almacén de la hermandad, al que se accede por la capilla del Sagrario a través de una pequeña puerta. En la antesala del columbario, recinto que permanecerá abierto a modo de oratorio, se ha instalado un azulejo del Señor, obra de la Fábrica de Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela fechada en 1921, de idéntica traza y dimensiones al que desde 1912 figura en la fachada de la parroquia de San Lorenzo.

El retablo ha sido fruto de una donación de la familia Rodríguez-Palacios, que lo conservaba en su casa de la calle Goles. El acceso desde esta estancia al columbario se realiza a través de una modernista celosía, que da paso a un recinto iluminado cenitalmente gracias a un lucernario y presidido por un frente de alabastro. A unlado y al otro de éste se instalarán dos muebles en los que podrán depositarse en sus respectivas taquillas hasta 300 depósitos individuales, ampliables a 1.400 unidades dipuestas en nuevos armarios-columbarios. Además, en el suelo de esta estancia, se ha ejecutado una fosa común con capacidad para más de 1.000 nuevos depósitos.

Junto a la construcción del columbario, la segunda gran modificación visible que ha reportado estas obras consiste en la ampliación del coro al objeto de que, a lo largo de 2009, pueda albergar el órgano de gran valía artística y musical y datado en la primera mitads del siglo XVIII, que fue donado a la hermandad por el hermano Rodrigo de Zayas. Para ello se se ha ampliado el vuelo a modo de balconada sobre el acceso al espacio central de la Basílica. Esta balconada se remata con una balaustrada en hierro fundido a juego con la ya existente en los balcones laterales del atrio del templo.

Aprovechando estas obras, se ha dotado a la iglesia de un sistema de videovigilancia por barridos de imágenes mediante la disposición de cámaras que vigilarán permanentemente la Basílica, el camarín del Señor y las galerías perimetrales. En total, la instalación está compuesta de 9 cámaras día-noche de alta resolución, que podrían ampliarse hasta un total de 16. El control de las cámaras se establecerá en la sacristía del templo, siendo vigiladas por los propios capilleres.

  • 1