La renovación al frente del área de Bienestar Social no supondrá un giro importante en la política que se ha aplicado hasta ahora. La edil Ana Gómez cedió ayer el testigo a su número dos, Emilia Barroso, que en su primer discurso como delegada anunció que continuará prestando "especial atención" al poblado chabolista de El Vacie.
Tres años después de entrar en el Gobierno municipal designada por el alcalde, la ex delegada de Igualdad y Bienestar Social entregó ayer el área que ha venido desempañando a su número dos, Emilia Barroso. Gómez le cedió ayer el poder y el trabajo pendiente a Barroso, sobre todo el plan de erradicación del chabolismo del asentamiento de El Vacie, que lleva medio siglo agarrado a la periferia de Sevilla, sin que ninguna Administración haya logrado ponerle fin.
Hace apenas semanas, el Ayuntamiento firmó un convenio con la Junta, en el que ésta aportaba tres millones de euros para adecentar lo que queda del poblado de casuchas, donde viven más de 830 personas, antes de iniciar los desalojos escalonados.
Los primeros pasos de ese programa ya no los dará Ana Gómez, aunque la política que el Consistorio ha venido aplicando no va a sufrir cambios sustanciales. Emilia Barroso, su número dos y sustituta natural en el puesto, tomó ayer posesión del cargo anunciando una línea de "continuidad" con "especial" atención a El Vacie y las personas sin hogar. Barroso, en su primer discurso, quiso hablar de la "coordinación" necesaria con el Comisionado para el Polígono Sur, y la "normalización" de los colectivos de inmigrantes y los discapacitados.
El Palacio de los Marqueses de la Algaba, sede del área municipal de Bienestar Social, albergó ayer la ceremonia de relevo con la asistencia del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Ana Gómez, ex delegada de Bienestar Social desde el verano de 2006, que pasa ahora a ocupar un cargo técnico en la consejería del mismo ramo, dijo ayer tener el "corazón partido" al abandonar sus responsabilidades municipales y el "inmenso aprendizaje" cosechado durante esta etapa, pero se mostró "orgullosa" de afrontar "un nuevo reto". Gómez destacó la "capacidad de servicio" de Barroso y consideró que se trata de "la mejor sustituya" para ocupar su cargo.
Gestionar "un marrón". Monteseirín quiso despedirla valorando "positivamente" su labor al frente de Bienestar Social, advirtiendo de que le había encargado "un marrón" y que, gracias al trabajo de la delegada saliente, las políticas sociales copan "casi el 60%" de los presupuestos municipales. "Estoy orgulloso de ella", proclamó el alcalde.
Emilia Barroso, psicóloga, funcionaria de carrera y militante del PSOE, agradeció al alcalde y a Gómez la confianza depositada en ella para cubrir el puesto vacante. Barroso habló de la importancia de la "transversalidad de las políticas sociales", aunque precisamente por esa transversalidad el papel de la delegada de Bienestar Social se ha diluido en el anterior mandato, impidiendo que ella hiciera ostentación del trabajo y los logros que se había marcado.
