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La nueva escolarización evita que dos hermanos vayan a colegios distintos

A partir del curso 2010-2011, la cercanía al domicilio dejará de ser, después de 20 años, el criterio que más puntúe.

el 18 sep 2009 / 05:52 h.

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Educación volverá a cambiar la normativa de matriculación en colegios este año para que el curso que viene no se repita el caso de que dos hermanos tengan que estudiar en colegios distintos. El alumno con un hermano ya matriculado en un centro tendrá prioridad sobre el que viva más cerca.
La Consejería de Educación está ultimando un nuevo decreto de escolarización en el que el criterio de hermanos matriculados en el colegio tendrá más peso que el del domicilio familiar y laboral. Hasta ahora, la cercanía de la vivienda al centro escolar era el factor determinante para lograr plaza en el colegio que los padres elegían para su hijo. El domicilio familiar confería 10 puntos al alumno aspirante a una plaza, mientras que tener un hermano ya matriculado le daba 6 puntos.
Los cambios en el decreto de escolarización deberán estar aprobados antes de final de año, porque la consejería quiere que el nuevo baremo entre en vigor en marzo, cuando se abra el plazo de matriculación para el curso 2010-2011. La consejera Mar Moreno explicó ayer que "de momento sólo se va a modificar el criterio de hermanos matriculados en el centro", y descartó reformular los demás criterios del baremo: familia numerosa/familia monoparental; padre o madre que trabaje en el centro escolar; renta anual de la familia y discapacidad del alumno o del padre/madre)
No obstante, fuentes de la consejería aseguran que desde hace un par de años, las delegaciones provinciales de Educación, que gestionan directamente el proceso de matriculación y las denuncias por fraude, han planteado dudas acerca del funcionamiento del actual baremo. "En la práctica algunos criterios son interpretados de muy diversas maneras, a veces contradictorias, y eso crea confusión en las familias", explican. Los criterios del baremo son susceptibles de falsificación dando origen al fraude escolar que, en los últimos años, ha provocado el colapso de muchos centros con sobredemanda, denuncias entre padres y la participación de abogados, detectives y jueces que intervienen directamente en el reparto de plazas. "Lo que más urge cambiar, de momento, es el criterio de hermanos para evitar casos en los que una familia se vea obligada a llevar a sus hijos a colegios distintos, con el perjuicio que esto conlleva en la conciliación familiar", dice la consejera.
En la actualidad rige una norma de escolarización que entró en vigor a finales de la pasada legislatura, en 2007, cuando Cándida Martínez estaba aún al frente del departamento. Aquel nuevo decreto venía a desarrollar lo establecido en la Ley Orgánica de Educación (LOE) , que exigía reordenar los criterios de admisión. El argumento que se ofreció entonces era el mismo que ahora plantea Mar Moreno: buscar facilidades a la conciliación de la vida laboral y familiar. Para lograrlo, también fue reforzado el criterio de hermanos en el centro, que pasó de tres a seis puntos en el baremo. Siguió estando por detrás del domicilio familiar, que tenía 10 puntos, pero se convirtió en un factor determinante, porque en caso de que hubiera empate entre dos niños que vivían en la misma zona escolar del colegio, ganaría siempre el que tuviera un hermano ya matriculado en la escuela.
Se perfiló tanto este criterio, que incluso se detallaron casos tan excepcionales como los partos múltiples (gemelos, mellizos...), de manera que dos hermanos nacidos a la vez reciben la misma puntuación (6 puntos) cuando hayan solicitado el mismo colegio.
Los cambios que quiere hacer ahora la consejería seguirán por esa línea. Todo apunta a que el criterio de hermanos puntuará más que el de domicilio, por lo que ya no será un mero factor de desempate. El último proceso de matriculación ha dejado patente que aún existe una casuística diversa por la que Educación puede enviar a dos hermanos a colegios distintos, perjudicando a sus tutores. Esto ocurre con hijos de padres separados; con familias que han cambiado de dirección y ya no tienen los mismos puntos que antes para llevar a su segundo hijo al colegio en el que se matriculó su hermano; o con niños que entraron por medidas cautelares de un juez.
Estos cambios en el decreto de escolarización ya estaban previstos desde hace unos meses. Se plantearon cuando Teresa Jiménez estaba al mando de la consejería, pero el repentino cambio de Gobierno y de titular de Educación dejó en suspenso la modificación de la norma.
oferta y demanda. Según las estadísticas del INE , en Andalucía, la gran mayoría de familias tiene entre uno y dos hijos, de ahí que el criterio de hermanos en el centro busque beneficiar a esa mayoría. Sin embargo, también se dará la circunstancia por la que los padres con un solo hijo quedarán ahora por detrás de aquellos que tienen dos niños, uno ya dentro del centro y otro luchando por entrar.
Los puntos por tener un hermano ya matriculado se obtendrán siempre que éste se encuentre "en un curso subvencionado con fondos públicos", como dice el actual decreto. Esto se incluyó porque en algunos centros concertados aún coexisten aulas subvencionadas con dinero público y aulas privadas. Algunas familias trataron de lograr una plaza gratuita para su hijo usando como pretexto que el hermano llevaba años escolarizado en el mismo colegio, aunque al estar en un curso privado, pagado por los padres, los puntos no le correspondían.
En realidad, los criterios del baremo escolar sólo se aplican en los colegios e institutos donde la demanda de plazas es superior a la oferta, y por tanto no caben todos los que han solicitado entrar. En Andalucía, casi el 90% del alumnado logra plaza en el colegio que ha elegido en primera instancia. El desequilibrio entre la oferta y la demanda de plazas afecta a más de un 10% de la población escolar aproximadamente, sobre todo en escuelas católicas concertadas que concentran un alto índice de solicitudes. En Sevilla, es especialmente difícil ajustar el espacio de las aulas concertadas al elevado número de matrículas que se reciben y que, a veces, colapsan las escuelas.

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