La Corporación municipal astigitana ha aprobado de forma inicial unas nuevas ordenanzas de circulación que, por primera vez, regulan el tráfico de la ciudad, las zonas de aparcamiento específicas y prohíben, entre otras cuestiones, lavar vehículos en la calle y aparcar remolques publicitarios en la vía pública.
Las novedades más destacadas de la nueva normativa -formada por un total de 76 artículos- son la prohibición expresa de aparcar a menos de tres metros de una esquina, la parada en doble fila, o en el lado de la calle no autorizado, sobre todo durante las horas de gran afluencia de tráfico.
Otro aspecto destacado por el Gobierno municipal (PSOE) es el establecimiento de un servicio de aparcamientos de vehículos reglados y ordenados "en las calles expresamente determinadas para tal fin, y que podrán ser limitados según determinadas franjas horarias", lo que comúnmente se conoce como zona azul.
Asimismo, el Ayuntamiento prohíbe expresamente el uso de la vía pública para promocionar la venta de vehículos, el lavado de vehículos en la calle, y el estacionamiento en la misma de remolques publicitarios.
En cuanto a las velocidades máximas, y como norma general, se establece una limitación de la velocidad a 50 kilómetros por hora en vías urbanas, que serán 40 para ciclomotores y 20 kilómetros por hora para vehículos de transporte de mercancías peligrosas. En zonas residenciales se establece una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora, la misma velocidad a la que se podrá circular en calles que no superen los 4 metros de sección.
Según el portavoz municipal del Gobierno socialista y concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad, Fernando Martínez, la nueva ordenanza de circulación "no da solución por sí sola a los problemas que genera el tráfico de vehículos a motor en la ciudad, ya que las grandes cuestiones deben ser abordadas por instrumentos que den una visión global, como el PGOU, actualmente en revisión", explica el edil.
Para el Consistorio astigitano, el crecimiento de la ciudad en los últimos años obliga a desarrollar medidas de control a la circulación, sobre todo en el casco histórico de Écija, un entorno patrimonial que conserva el trazado de hace siglos y que, en consecuencia, dificulta mucho el tráfico rodado. El parque móvil de Écija también ha crecido hasta situarse por encima de 30.400 vehículos, entre turismos y motocicletas. Eso supone que en el municipio -que no llega a 40.000 habitantes- hay tres vehículos por cada cuatro vecinos.
Las ordenanzas aprobadas de forma inicial regulan también el uso de la vía pública por parte de otros usuarios que no utilicen vehículos a motor como los usuarios de bicicletas, patines, o monopatines a los peatones.
Por último, se establecen multas de 60 euros para infracciones leves, de 150 para las graves y de 450 euros para las muy graves.