La construcción de la estructura de la torre Pelli sigue adelante según los plazos marcados, pero del resto nada se sabe. Desde que Caixabank se hizo con el proyecto tras la absorción de Cajasol, han ido surgiendo problemas que hacen pensar que ya es casi imposible que el complejo de Puerto Triana, la torre y los dos edificios a sus pies -conocidos como edificios podio- estén completamente terminados en 2013. La nueva fecha para la finalización de todo el complejo es ahora principios de 2014. Y ya son muchas las fechas anunciadas desde que arrancó el proyecto en la Isla de la Cartuja.
En julio de 2007 se puso la primera piedra. En la foto, el entonces consejero Gaspar Zarrías; el ya exalcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el presidente de Cajasol, Antonio Pulido. No obstante, hasta diciembre de ese año -hace media década- no empezó realmente el movimiento de tierras de este macroproyecto.
En ese acto se anunció que la torre de 178 metros de altura estaría lista a finales de 2010, ya que los trabajos durarían tres años: uno para el movimiento de tierras y la construcción de los muros de contención, otro para levantar la estructura y el último para el revestimiento, precisamente la fase que está aún en el aire. Incluso el propio arquitecto, César Pelli, anunció que levantaría los 178 metros en 50 meses.
Un año después, en junio de 2008, Cajasol garantizó que su torre estaría acabada en 2011 "pese a las crisis económica" y en noviembre de 2010 los promotores anunciaron otro retraso: preveían inaugurarla en 2013.
Entonces ya se habían invertido más de 52 millones de euros de los más de 300 que costará el primer rascacielos de Sevilla, que ya es el sexto más alto del país al llegar su estructura a los 165 metros de altura. Evidentemente, en una obra de esta envergadura un retraso de meses o incluso de un año no es relevante, pero lo cierto es que la realidad rompió todos los pronósticos y los tres años de obra se han convertido ya en cinco. Y lo que queda.
Actualmente la estructura de la torre alcanzó ya la planta 39, tras más de mes y medio de trabajos en la planta 38. Ya empezó el montaje del núcleo de la última planta y resta que la cubierta metálica se termine en enero de 2013. Hasta hace pocos meses, las plantas han ido creciendo a un ritmo acelerado, sobre todo porque el sistema de construcción era muy repetitivo y estaba ya muy asimilado, pero al llegar a la cúpula ese ritmo se rompió porque las plantas 38 y 39 no son como el resto, al estar construidas con estructuras metalizadas diferenciadas.
Con todo, las obras en la estructura, ciertamente, avanzan a buen ritmo, pero no hay noticias del revestimiento de la fachada y del resto de instalaciones pendientes.
En julio pasado las obras de instalación de la fachada se paralizaron porque la empresa encargada de ello, Estrumaher, filial del grupo Emiliano Madrid, entró en concurso de acreedores, antigua suspensión de pagos. Estos trabajos -no el resto-, por tanto, se retrasaron. Fuentes de la entidad financiera aseguraron que se estaba negociando con la empresa y que, si era necesario, se recurrirá a otro proveedor. Pero aún no se sabe qué proveedor.
Aunque apuntaron entonces que el retraso sería "de semanas", ya van más de cuatro meses y tampoco comenzaron los trabajos para dar contenido a la torre, esto es, de las instalaciones interiores.
Tampoco se sabe todavía cuándo, cómo y dónde exactamente se instalará el Caixafórum. Evidentemente es más factible que se ubique en los edificios a los pies de la torre, una zona que iba a ser comercial y de ocio. La caja argumentó que con la mudanza del Caixafórum los sevillanos disfrutarían antes del proyecto cultural, pero lo cierto es que, como mucho, se ganará poco menos de un año según lo previsto: de 2015 a 2014.
Según Caixabank, en los próximos meses se detallará la ubicación del Caixafórum y si el proyecto de los edificios podio sufrirá algún cambio. Para la torre, por ahora, se baraja la instalación de un hotel en sus plantas altas, así como un restaurante en el mirador que remata el rascacielos. El resto será para oficinas, para la sede de la entidad financiera y para las empresas interesadas en el alquiler de espacio. Eso era lo previsto, pero la crisis hace ahora muy difícil tal comercialización. Habrá que ver si, como se estimó, la torre se amortiza en 20 años.