Según informó ayer Radio Sevilla citando fuentes del proyecto, las obras no estarán listas hasta finales de febrero, fundamentalmente por los problemas de suministro de madera y por las lluvias. Como ya publicó este periódico, una delegación de la empresa Sacyr está en tierras alemanas negociando directamente la agilización del suministro de madera (la Encarnación tendrá 2.500 metros cúbicos netos de pino finlandés que pesan 1.375 toneladas). Y es que, a un mes de la fecha marcada, aún no está lista la madera para recubrir la barriga de los parasoles centrales, el 3 y 4 (la zona del restaurante). Según Radio Sevilla de la Cadena SER, la empresa alega problemas por las huelgas de transportes y las nevadas en el norte de Europa.
En cuanto a la lluvia, la madera requiere un tratamiento especial y un secado que se retrasa con la humedad propia de estos días. En las instalaciones de Sacyr en Sevilla se liman las asperezas en el pino que llega de Alemania, se da la imprimación para pegar el poliuretano (aislante) que protege la madera y la pintura de color marfil.
Además, la apertura del mercado de la Encarnación, bajo las setas, podría ralentizar los trabajos del montaje de la madera y del resto de instalaciones, algo que niegan desde el Ayuntamiento y desde los propios placeros. "No afecta a la obra que se abra el mercado", aseguró ayer Alfredo Álvarez, presidente de la cooperativa de la plaza de abastos.
Con todo, el Ayuntamiento aún no ha recibido un nuevo cronograma de obras, de ahí que ni confirme ni desmienta que haya un nuevo retraso. Lo que sí indican desde el Consistorio es que si la constructora les informa de un nuevo plazo, estudiarán los motivos para determinar si procede reclamar una sanción por este nuevo incumplimiento.
No obstante, la financiación del proyecto aún no está clara. Ayuntamiento y Sacyr tienen que seguir negociando cuánto pone cada uno, de ahí que si hay otro retraso, el Consistorio pueda reclamar una compensación económica que suavice, por ejemplo, lo que pide Sacyr por que los sevillanos suban gratis al mirador: 180.000 euros al año, 7,2 millones en los 40 años de concesión.
El Consistorio estudia distintas fórmulas (el patrocinio, por ejemplo) para evitar que esa cantidad de dinero salga del bolsillo de los ciudadanos. A esto hay que sumar el alquiler del edificio que ocupa la Delegación de Hacienda -720.000 euros al año- y la subvención por la mejora de los puestos del mercado, unos 200.000 euros anuales. En total, el Ayuntamiento pagaría más de un millón cada año por un arriesgado proyecto que debió inaugurarse en el verano de 2007.
