El referente para la difusión cultural en Sevilla avanza para hacerse realidad en un tiempo en lo que lo habitual es ver encallar proyectos e inversiones. Pero ayer la comisión provincial de Patrimonio dio el visto bueno al proyecto de ejecución del Caixafórum que se instalará en las antiguas Atarazanas del siglo XIV, con algunos cambios que desde la Delegación Provincial de Cultura calificaron como "menores" y que desde La Caixa, el banco promotor, no comentaron.
Ahora sólo queda el trámite de la licencia de obras, que otorga el Ayuntamiento, para que comiencen los trabajos, que, según las intenciones de la entidad financiera, arrancarán "antes del verano" para concluir en 2015.
La construcción del Caixafórum supondrá una inversión de 20 millones de euros en un enorme espacio cultural entre la Giralda y la Torre del Oro (6.700 metros cuadrados) que diseña el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. Los cambios "menores" a los que se refiere Cultura son el rebaje de la altura para que no destaque demasiado sobre la iglesia de la Caridad, su monumental vecina, mientras que da el visto bueno a borrar de un plumazo las garitas del siglo XX, de la época en la que el antiguo astillero castellano sirvió como fábrica de artillería española.
En este sentido, el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, explicó ayer que ni él ni el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla ven necesaria la aprobación de un plan especial de protección para iniciar las obras, como ocurrió en intervenciones en Las Teresas, el parque de María Luisa, la Posada del Lucero, el castillo de San Jorge o el convento de Santa Paula, entre otros monumentos.
Las Atarazanas ya gozan de la máxima protección mediante un plan de protección del casco histórico de Sevilla aprobado en 2006 por el Ayuntamiento.
Lo que más destacará del nuevo Caixafórum, incluso para quienes no entren en él, es que desaparecerá el muro que separa el interior de las Atarazanas de la calle Dos de Mayo. También quedará al descubierto la muralla islámica y un mirador permitirá vistas impresionantes a la Catedral y la Giralda.
El delegado provincial de Cultura defendió este proyecto ante críticas como las de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), que sostiene que La Caixa "destruirá de forma irreversible" las Atarazanas, "un monumento medieval de primera magnitud". La asociación propone un museo naval en las atarazanas en vez de que queden éstas como "vestíbulo" del Caixafórum. Así, Bueno insistió en que Cultura "jamás iba a consentir que de ningún modo se destrozaran" las Atarazanas y que el proyecto es de "conservación y rehabilitación" de la antigua factoría naval. Y que por supuesto, existirán "controles" sobre las obras, en las que cualquier variación deberá ser comunicada a la comisión provincial de Patrimonio para que la apruebe, por pequeña que sea.
También habrá una intervención arqueológica y los materiales que en principio se quiten se volverán a colocar en cuanto avancen las obras. "Cualquiera puede ver lo que ha traído a Madrid La Caixa y [contar] cuántas ciudades suspiran por un proyecto como éste", apostilló Bueno, quien defendió que las Atarazanas darán la categoría de "mejor Caixafórum" al de Sevilla.
El proyecto Caixafórum desembarcó en Sevilla en 2009 y, aunque han pasado tres años y no se ha movido una piedra, los plazos previstos se están cumpliendo. Un año antes, en 2008, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico había elaborado un documento para rehabilitar las Atarazanas y darles un uso cultural, en virtud del cual se adjudicó doce meses después a la entidad bancaria la concesión del inmueble durante 75 años.
