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La obra tardía de Murillo llega a los Venerables

La muestra "Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad" abre sus puertas el martes recién llegada del Museo del Prado.

el 07 oct 2012 / 16:15 h.

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Recién llegada de del Museo del Prado, donde ha permanecido hasta el 30 de septiembre, la exposición "Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad" aterriza en Sevilla donde podrá contemplarse en el Hospital de los Venerables desde el martes y hasta el 20 de enero.

A continuación, la muestra viajará a Londres, donde se exhibirá en la Dulwich Picture Gallery, del 6 de febrero al 12 de mayo 2013.

Se trata, además, de una ocasión única para poder contemplar la "Inmaculada Concepción de los Venerables Sacerdotes", expuesta por primera vez en doscientos años, con su marco original y en el mismo retablo en el que permaneció hasta 1813, cuando fue expoliada por el Mariscal Soult durante la invasión napoleónica.

La muestra reúne un conjunto de 17 obras tardías de Murillo, procedentes de Londres, París o Houston. La exposición, titulada Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad, abierta hasta el 30 de septiembre, permite al visitante vislumbrar la maestría de un artista en su plenitud, y la singularidad de algunos de sus trabajos, como los realizados sobre obsidiana, una piedra de origen volcánico, que el artista aprovecha para realizar cuadros religiosos como La oración en el huerto.

La exposición se agrupa en cinco ámbitos: los retratos; las obras concebidas para la cúpula y el final de las naves laterales de la iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla; un conjunto de lienzos realizados para el Hospital de los Venerables de Sevilla; el Bautismo de Cristo que corona el retablo de San Antonio en la capilla del santo en la catedral de Sevilla; y algunas de las obras que pertenecían a la colección particular de Justino de Neve, entre las que se incluyen la Inmaculada de los Venerables, el San Juan Bautista niño o las pinturas sobre obsidiana.

Murillo y Justino de Neve comenzaron a mediados del siglo XVII una relación profesional que pronto se transformó en una sincera amistad de la que surgieron "algunos de los cuadros más bellos que Murillo ha pintado nunca", señala Finaldi.

Justino de Neve (1625- 1685) era canónigo de la Catedral de Sevilla. Ambos se conocieron en la ciudad andaluza, cuando Murillo ya era un artista reconocido. Pero Justino de Neve le propició importantes encargos públicos, como la decoración de la Iglesia de Santa María la Blanca, y varias obras para los sacerdotes del Hospital de los Venerables, institución fundada por el canónigo.

Como canónigo, Justino de Neve obtuvo para Murillo el encargo de una serie de ocho tondos de santos sevillanos, una Inmaculada Concepción que todavía hoy decoran el techo de la Sala Capitular de la catedral y el Bautismo de Cristo que corona el retablo de San Antonio en la capilla del santo.

Por su parte, Murillo le nombró ejecutor de su testamento y pintó su retrato en 1665, presente en la exposición y procedente de la National Gallery de Londres.

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