Irán por separado, pero si una de las dos (quién sabe si ambas) consigue convencer al jurado internacional de expertos nombrado para la ocasión, Sevilla tendrá una universidad excelente. La Pablo de Olavide y la Hispalense defienden hoy en Madrid sus propuestas de campus de excelencia. La Universidad de Sevilla lo hace conjuntamente con Málaga, un matrimonio de conveniencia con el nombre de Andalucía Tech y con el que ambas provincias defienden que están rompiendo el estereotipo del localismo. La Olavide coordina el proyecto CamBio sobre medio ambiente, biodiversidad y cambio global, en el que participan cinco universidades más (Almería, Cádiz, Córdoba, Huelva, la Internacional) y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La de hoy es la segunda convocatoria de campus de excelencia que lanzan los ministerios de Educación e Innovación con el objetivo de que una decena de universidades españolas se sitúen entre las primeras del mundo, según los parámetros del prestigioso ránking de Shangai, entre otros.
La primera hornada resultó un fiasco para Andalucía. Tan sólo la propuesta encabezada por la Universidad de Córdoba, con su campus de excelencia agroalimentaria, se colgó la etiqueta de excelente. La Olavide no pasó siquiera el primer corte. La Universidad de Sevilla cayó en la final no sin que el resultado levantara ampollas en el Rectorado.
En la convocatoria con la que se estrenó el campus de excelencia fueron las universidades catalanas y madrileñas las que se hicieron con la mayor parte del dinero disponible. La decisión, por tanto, fue también interpretada en clave política: la Junta de Andalucía, en manos del PSOE, no empujó lo suficiente para que Andalucía y su sistema universitario saliesen más fortalecidos.
Pero aquello ya es agua pasada. Hoy, los proyectos de Sevilla y la Olavide compiten con los otros 20 que pasaron a esta fase final y que se disputan en estos momentos de contención económica la nada despreciable cantidad de 75 millones de euros en créditos aportados por el Ministerio de Educación, que gestionarán las comunidades autónomas.
Los rectores de Sevilla y Málaga encabezan la delegación de Andalucía Tech, "un proyecto moderno, ambicioso e innovador", al que se han sumado 150 agentes y entidades científicas y tecnológicas, como el CSIC, la Universidad Internacional de Andalucía, 12 centros tecnológicos, cuatro parques tecnológicos -entre ellos, Cartuja 93 y PTA-, centros mixtos de investigación de primer nivel internacional y las principales multinacionales española del ámbito tecnológico.
Para la ejecución de este campus de excelencia, Sevilla y Málaga calculan que harían falta 143 millones de euros para el periodo 2010/2015. Andalucía Tech, que se ejecutará al margen del resultado final de la competición de hoy, se especializará en las áreas de tecnologías de la producción, información y comunicaciones y biotecnología. Y todo esto aderezado con programas para captar talentos, los mejores, tanto en el ámbito estudiantil como en el investigador. En la delegación que acompañará a los rectores están los científicos José López Barneo y Alfonso M. Gañán.
El proyecto de campus de excelencia coordinado por la Pablo de Olavide fue uno de los 14 seleccionados el pasado mes de julio. "Uno de los principales valores de este proyecto es la agregación de seis universidades andaluzas, así como el CSIC para conseguir un Campus de Excelencia Internacional centrado en el desarrollo de la investigación relacionada con el cambio global y sus repercusiones, tanto ecológicas como socioeconómicas". De esta forma define la Olavide la propuesta que hoy defenderá su rector, Juan Jiménez, ante el jurado.
El campus de excelencia es una carrera en la que las universidades sacan pecho sobre el número de entidades, organismos y empresas que han conseguido aglutinar en torno a sus proyectos. En ese sentido, el proyecto CamBio ha sido respaldado por más de 80 instituciones y organismos públicos y privados, entre los que se encuentra una nutrida representación de socios del tejido empresarial y científico-tecnológico, como Abengoa. La propuesta cuenta con "el sostén de personalidades de la talla de Felipe González y Sami Naïr", destacó la institución académica en una nota.
Sevilla y sus dos universidades han echado ya sus cartas. En el día de hoy, en la sede del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la madrileña calle Serrano, expondrán sus razones para ser distinguidas con la medalla de la excelencia. Aunque una vez conseguida la medalla, habrá que trabajar para merecérsela.
