La Organización Mundial de la Salud instó a los gobiernos a que prohiban toda publicidad del tabaco, incluso la indirecta. De forma que coincide con la petición que formuló el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo a Cultura para vetar los cigarros en el cine. Y es que sólo el 5% de la población vive sin humos.
Hoy se celebra el Día Mundial sin Tabaco, la excusa perfecta para que los detractores del cigarro insistan en sus efectos perjudiciales -mata a la mitad de los fumadores- y pidan un endurecimiento de la legislación vigente.
Este año, la lucha se ha centrado en proteger a 1.800 millones de jóvenes por ser éstos los más vulnerables a las campañas que las multinacionales siguen lanzando pese a la prohibición impuesta por una directiva europea en 2005.
De hecho, un informe de la Comisión Europea publicado también ayer revela que frente a las restricciones, los anuncios siguen siendo habituales en los puntos de venta, la prensa, el cine, las revistas de los aviones, las tiendas libres de impuesto y, sobre todo, internet, donde la propaganda ha encontrado su verdadero refugio por el carácter transnacional de la red.
"Es como un virus mutante, siempre encuentra otras formas de llegar", apostilló el doctor Douglas Bettcher, responsable de la Iniciativa Sin Tabaco de la OMS.
No obstante, el documento reconoce "avances importantes" en la publicidad de los eventos transfronterizos en la UE. De hecho, la Comisión aseguró que desde su aplicación no ha observado ni tenido noticia de ningún patrocinio directo de las tabaqueras.
Las tretas. Eso sí, Bettcher subrayó que la industria trata de atraer a los jóvenes a la compra de sus productos asociando falsamente el consumo de éstos con cualidades como el glamour, la energía y la atracción sexual.
Prueba de ello son las conclusiones de un estudio reciente en el que han participado 150 países: el 56% de los estudiantes de entre 13 y 15 años están expuestos a la promoción de productos que lucen logos y nombres de diversas marcas de cigarrillos.
Además, el experto recordó que las tabaqueras están dirigiendo sus campañas hacia los países en desarrollo por contener el 80% de los jóvenes. "Para poder sobrevivir, necesitan sustituir a los que mueren o lo dejan por nuevos consumidores" espetó. Una treta más de las compañías: rocían con amoniaco los cigarrillos para hacerlos todavía más adictivos.
En España, el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo ha señalado el cine como principal vía de difusión de la droga. "Pedimos a Cultura que cuando se ruede una película en la que aparezcan imágenes de tabaco, los productores presenten un certificado que demuestre que no están recibiendo dinero de las compañías", solicita María Ángeles Planchuelo, presidenta de la asociación. El ministerio aún no les ha contestado.
