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La OMS y las farmacéuticas, en la picota tras un año de gripe A

La alarma desmesurada aisló México y dejó un excedente de millones de vacunas.

el 10 abr 2010 / 18:31 h.

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Los mexicanos pasean con mascarilla en mayo de 2009, en pleno brote de gripe A.

Tal día como hoy del año pasado se detectaron los primeros casos de gripe A en el estado mexicano de Veracruz. 12 meses después, México aún sufre en su economía y en su aislamiento la imagen apocalíptica que proyectó al mundo entero. Pasado el tiempo, ha pasado de ser la epidemia del siglo a una pandemia olvidada, benévola y de fácil transmisión que se encuentra en fase de declive. La OMS estimó que habría 150 millones de muertos y han fallecido 15.000. Más de 250.000 lo hacen al año de gripe normal.

Una vez remitida la incidencia del virus y hecho el recuento de casos, mutaciones y muertes, los laboratorios farmacéuticos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han quedado en evidencia y han sido cuestionados por varios organismos internacionales como impulsores de una alerta desmesurada sobre los riesgos de la gripe A.

Los reproches a su actuación quedaron de manifiesto en sendas audiciones públicas organizadas por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), la primera organización que analizó la gestión de la pandemia. En la segunda de esas audiciones se criticó también la actuación de los expertos que aconsejan a la OMS, a muchos gobiernos y a los medios de comunicación. "Hubo una manipulación" y "una puesta en escena" por parte de la OMS, denunció la eurodiputada ecologista francesa, Michèle Rivasi, invitada a esa sesión en la que dijo que la de la gripe A fue "la crónica de una pandemia anunciada" que escondía el interés económico de la industria farmacéutica. Rivasi recordó que los laboratorios impusieron a los gobiernos un precio hasta diez veces mayor por las vacunas contra la gripe A que el que tienen las de la gripe estacional y alertó de que, si sale adelante la propuesta de la OMS de financiarse a partir de la venta de vacunas, "no va a haber una pandemia anual, sino veinte".

En la misma sesión, la ministra polaca de Sanidad, Ewa Kopacz, subrayó que los Gobiernos "no debemos ser rehenes de los laboratorios", tras explicar la decisión de su país de renunciar a encargar vacunas contra la pandemia porque las condiciones que le imponía la industria le parecieron "por lo menos dudosas".

El experto en enfermedades infecciosas Marc Gentilini puso el acento en la "desmesura" de la alerta y en la "mala fe" de los argumentos utilizados para declarar la pandemia, teniendo en cuenta que desde que se detectaron los primeros casos en México había pruebas de la baja virulencia de la enfermedad, y no dudó en hablar de "estafa sanitaria".

Los orígenes de la alarma en torno a la gestión de la pandemia se remontan al pasado mes de diciembre, cuando Wodarg -entonces presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea-, preparó una propuesta de recomendación muy crítica con la OMS. En ese informe se denunciaba la actuación de los grandes laboratorios farmacéuticos y su influencia en las decisiones de compra de millones de vacunas tomadas por Gobiernos de todo el mundo para combatir el virus de la gripe A.

Según el texto, "se ha expuesto a millones de personas con buena salud a los riesgos de los efectos secundarios no conocidos de las vacunas que no han sido suficientemente estudiadas" y "se han malgastado recursos" para "estrategias de vacunación ineficaces".
España, sin ir más lejos, ya ha donado cuatro millones de dosis a Latinoamérica después de que sobraran más de 20 millones de vacunas. Ante estos datos, la OMS se ha defendido en los últimos meses señalando que su responsabilidad era imponer el principio de precaución ante un virus desconocido y cuya composición -que combina genes de las gripes humana, aviar y porcina- hizo temer a los científicos que estaban ante un virus altamente proclive a mutaciones peligrosas. Este mes, el organismo comenzará una investigación sobre la gestión de la pandemia.

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