La reforma de las pensiones será el gran centro de la guerra política hasta diciembre, fecha para la que el Ejecutivo prevé cerrarla. Así, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aprovechará la sesión de control al Gobierno del miércoles en el Congreso para acusar al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de haber "roto" el Pacto de Toledo con su decisión de "congelar" las pensiones para 2011 y, además, su acuerdo con el PNV para traspasar al País Vasco las políticas activas de empleo, incluyendo las bonificaciones a la contratación.
Rajoy registró la pregunta después de que finalizaran sin acuerdo las dos primeras reuniones de la comisión de seguimiento del Pacto de Toledo, si bien todos los grupos parlamentarios han consensuado aparcar hasta el final de sus trabajos los temas más "conflictivos", como son el retraso de la edad de jubilación y la congelación de las pensiones en 2011. Las conversaciones se retomarán la semana próxima.
De hecho, el portavoz del PP en la Comisión, Tomás Burgos, ha advertido de que la retirada de la congelación es una condición sine qua non para que se alcance un acuerdo y, aunque las recomendaciones del Pacto de Toledo no gozan de rango legal para derogar el decreto-ley de medidas de ajuste donde se contiene, buscará introducir una censura a la actuación del Gobierno, posición que comparten también los grupos de CiU y ERC-IU-ICV, aunque los socialistas se niegan frontalmente a ello.
De hecho, el PP ya está en contactos con el resto de la oposición con el objetivo de presentar una enmienda conjunta a los Presupuestos del Estado para 2011 que elimine la congelación de las pensiones, si bien los partidos no descartan que el Gobierno de Zapatero vete su tramitación, como ya como ocurrió el año pasado con las relativas a impedir la subida del IVA desde julio.
No en vano, el Gobierno ha vetado la tramitación de cuatro proposiciones de ley -de ellas tres en el Congreso y una en el Senado- presentadas por PP, CiU y ERC, que buscaban suprimir la medida, algo que Rajoy reprochará a Zapatero durante el primer duelo parlamentario que mantendrán en dos semanas.
Pero la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, pidió ayer que se deje trabajar al Pacto de Toledo y se mostró confiada en llegar a un punto de acuerdo con todos los grupos políticos para reformar las pensiones, ya que se trata de una "cuestión de Estado".
De la Vega respondió así a la pregunta de si el Ejecutivo central está dispuesto a retirar la prevista congelación de las pensiones contributivas en 2011 para facilitar el consenso.
Al respecto, valoró la posición constructiva que están teniendo los partidos dentro de la comisión y la voluntad para llegar a acuerdos para garantizar la viabilidad futura de las pensiones.
A su juicio, éste es un "buen punto de partida", ya que "no hay vuelta de hoja" en la reforma, al existir un problema demográfico de envejecimiento poblacional.
