Si hay un músico que al citar a Bach venga a la memoria de todo aficionado ese es el del director, clavecinista y organista Gustav Leonhardt (Amsterdam, 1928). En el siglo XX, y todavía hoy, su nombre equivale a referirse a la más alta cima de la interpretación de la música barroca con criterios historicistas. A sus 79 años, ayer, el maestro holandés paseaba por los jardines del Hogar Virgen de los Reyes de Sevilla. El motivo es su encuentro el domingo con la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) para dirigir un programa, auspiciado por Cajasol, con obras de Muffat y, por supuesto, Bach.
El coordinador del conjunto, Ventura Rico, concretó en una línea el momento que atraviesa la formación: "Tener a Leonhardt con nosotros es un punto de llegada, no se puede pedir más en cuanto a criterios artísticos", aseveró. Al lado, el genio, el venerado músico que ha consagrado toda su vida a dar nueva luz a Bach: "Es el más grande de todos los compositores, también el más complejo, interesante e inesperado", resumió con una sonrisa que desarmó cualquier leyenda de severidad en torno a su figura.
Prólijo en conciertos y con una discografía apabullante, Gustav Leonhardt ha iniciado un idilio -todos los grandes, de Cao a Huggett y de Coin a Kuijken se rifan el podio de la OBS- con la orquesta sevillana: "El conjunto tiene un impulso magnífico", aseguró el director holandés. El concierto que el domingo interpretarán en Santa Marina será además el prólogo de los dos que ofrecerá en el Festival de Música Antigua en marzo.
"Cuando uno conoce la obra de Bach se da cuenta de que cada obra es distinta, parece como si estuvieran escritas por personalidades diferentes", prosiguió contando Leonhardt sobre el músico que lleva acompañándole toda su vida artística. No ha resultado fácil, ni para él ni para la OBS escoger una música que pudiera complementar a la de Bach. Al final, dos piezas de Georg Muffat, predecesor del cantor de Leipzig, introducirán las Cantatas que, con las voces solistas de Carlos Mena y Stefan Vock se interpretarán en la segunda parte. Todo apunta a ocasión histórica.
