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La parricida de Jaén mató a sus hijos "para no verlos sufrir"

Confesó a la Policía que asfixió a los pequeños, de 11 y 3 años, con un cojín porque no le gustaba este mundo para ellos.

el 30 sep 2011 / 20:13 h.

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La Policía Judicial recogió pruebas del domicilio familiar donde ocurrió el crimen.

Ruth B. V., de 37 años, confesó a los agentes que acabó con la vida de sus dos hijos, Álvaro y Alejandro, de 11 y 3 años, respectivamente. Los asfixió, posiblemente con un cojín, porque no quería verlos sufrir en este mundo, confirmaron fuentes cercanas a la investigación.

Poco más ha trascendido de la declaración de la autora confesa del doble crimen ocurrido la noche del jueves en el barrio de La Alcantarilla de Jaén, una ama de casa con antecedentes psicológicos por depresión. Los agentes interrogaron a Ruth B. V. en el Módulo Penitenciario del Hospital ayer por la tarde. La mujer permanecía allí desde la madrugada del jueves viernes, tras pasar por el calabozo de la Comisaría.

Las fuentes consultadas explicaron que estaba "tranquila" cuando relató a los agentes que asfixió al mayor en su propio dormitorio y al pequeño Alejandro en el cuarto de baño y, después, lo trasladó a su cama. Y argumentó que lo hizo porque no quería verlos sufrir en un lugar que no le gustaba para ellos.

Al parecer, utilizó algo parecido a un cojín que había en la vivienda para dejar sin aire a los pequeños. De hecho, entregó la prenda a los agentes de la Policía Científica, que se la llevaron de la vivienda familiar, donde se produjo el parricidio. No obstante, las causas exactas de la muerte de los niños serán confirmadas por la autopsia, que ayer mismo fue practicada en el Instituto de Medicina Legal de Jaén. Los análisis también deberán confirmar si Ruth B. V. facilitó algún tipo de medicamento o calmante a los niños.

En un primer momento, la Policía confirmó a los medios que la madre había ahogado a los dos niños en la bañera. También se descartó que fuera su propio hijo Álvaro el que telefoneó a su padre, tal y como apuntó el portavoz de la Policía Nacional en un primer momento.

Tras el crimen, la parricida telefoneó a un familiar para decirle lo que había hecho. La pariente se personó en la vivienda y vio la tragedia. Avisó al 112 alertando de que la mujer amenazaba con matar a sus hijos. Alrededor de 19.30 horas varias patrullas de la Policía Nacional y Local se personaron en el domicilio. Cuando entraron, encontraron los dos cadáveres acostados en la cama. Los médicos del 061 intentaron reanimarlos durante más de veinte minutos. Todo fue inútil.

En ese intervalo de tiempo, el padre de los pequeños, Ángel Puertollano, llegó a su piso a la carrera. Ya lo habían avisado de que algo grave estaba ocurriendo en su casa. Los vecinos lo vieron entrar a toda prisa, gritando que su mujer le había hecho algo malo a sus hijos. Desde entonces, está en manos de los psicólogos.

Fuentes del entorno familiar explicaron que Ruth era "una madre ejemplar". "Siempre estaba muy pendiente de sus hijos, al igual que el padre", destacaron los vecinos. Los llevaba a diario al colegio Andrés de Vandelvira, donde Alejandro cursaba segundo de Infantil y Álvaro, sexto de Primaria. Además, solía pasear con ellos por las tardes por el barrio: "Nunca había dado ni un problema", relataron conmocionados por la tragedia que ha sacudido al vecindario. La mujer estuvo en tratamiento por depresión tras nacer su hijo pequeño pero ya había recibido el alta.
Se espera que pase hoy a disposición judicial
. Policialmente, es un caso cerrado pero el juez pospuso su declaración.

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