No es habitual que la hermandad del Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor salga en procesión en Semana Santa. Lo normal es que salga justo antes, pero lo temprano de la Pascua en 2008 ha facilitado que desfilara ayer.
No se trata de un hecho insólito, pero sí excepcional. Valga como dato que la procesión del Cristo de la Cárcel -siempre el 18 de marzo- no coincidía con la Semana Santa desde 1951, cuando lo hizo en Domingo de Ramos. Coincidencias similares sólo hubo otras dos a lo largo de todo el siglo XX: en 1940 (Lunes Santo) y en 1913 (Martes Santo, como en esta ocasión).
Al margen de la anécdota, la celebración del Cristo de la Cárcel se volvió a vivir en Mairena con todo su esplendor y devoción. El cuadro enchapado con su imagen en lienzo salió sobre su paso a las diez de la noche porteado por sus hermanos desde la iglesia de la Asunción.
Antes le fue entonado por los fieles que se congregaron la oración del Santo Dios" una especie de canto gregoriano cuyo ritual se repitió a la hora de recogida ante su capilla de la Plaza de las Flores.
Singularidad mairenera: el Señor de la Cárcel no es una talla, sino un cuadro de Félix Lacárcel que reproduce fielmente el original, quemado en 1936 durante la Guerra Civil. El auténtico, de origen anónimo, llegó al pueblo desde América en el siglo XVII traído por el matrimonio formado por los ricos indianos (emigrantes retornados) Tomás de Paz y Marina Palacios. Anoche, la imagen lució tan hermosa y envuelta en misterio como siempre, con el rico contraste con los claveles rojos de su paso.
24 faroles porteados por fieles lo acompañaron, e innumerable cantidad de devotos le volvieron a alumbrar una vez más de manera espontánea sirviéndose de simples velas. Un desfile de fieles que en evitación del desorden fue organizado por un grupo de jóvenes cofrades de la hermandad del Cautivo, que hace estación de penitencia hoy por primera vez.
La comitiva discurrió por el habitual recorrido de calles Daoiz, Arrabal, José María del Rey, San Fernando y la Plaza de las Flores, donde se ubica su templo. Este año estuvo acompañada por una capilla musical mairenera de reciente creación, integrada por un oboe, un clarinete y un fagot, con cuyos sones contribuyeron al incremento de una devoción ya de por sí desmesurada hacia la imagen.
Sin que tampoco faltara la comitiva de grillos, unos 200 en esta ocasión. Éstos constituyen uno de los elementos más representativos y originales de la escenificación del culto al Señor de Mairena. Se trata de unos penitentes ataviados de morado con trajes de nazareno sin capirotes, que por promesas sustentadas en favores recibidos por el Cristo recorren junto a Él todo el trayecto con los pies atados con cadenas, y en muchos casos descalzos.
En otro orden de cosas, el acto previo de entrega del llamador del paso de Cristo de Jesús Cautivo a sus hermanos para que salgan hoy en procesión por primera vez fue otro de los alicientes de la jornada procesional de anoche.
Ése es el regalo de sus hermanos a la nueva cofradía, que viene a dar contenido a una jornada hasta ahora vacía en la Semana Mayor de Mairena. La pieza ha sido realizada en Sevilla en los talleres orfebres Maestrante.