Un gran número de fieles acompañó a Nuestra Señora del Valle Coronada, la patrona de Écija, en su tradicional procesión por el centro de la ciudad. El desfile culmina el día de fiesta local que ayer vivió Écija y puso el punto y final a los actos en honor de la Virgen que empezaron a finales de agosto.
De éstos, el más emotivo tuvo lugar el último domingo de agosto, fecha elegida para la presentación ante la patrona de los niños nacidos y bautizados en 2008. A los pequeños se les pone la medalla de la hermandad de la Virgen del Valle, "para que esta los proteja", según la tradición.
La imagen de la patrona y Alcaldesa Perpetua de Écija, recorrió ayer las calles del centro, casi todas engalanadas con banderas albicelestes, los colores de la Purísima Concepción, dogma católico cuya defensa porfían los creyentes ecijanos por atribuirse como principales defensores.
Como también es tradicional, varios concejales de la corporación municipal astigitana acompañaron la procesión de la Virgen del Valle, desfilando bajo mazas. El protocolo marca que los capitulares han de acudir en formación a la parroquia mayor de Santa Cruz desde el ayuntamiento media hora antes del comienzo de la procesión, una tradición que también se lleva a cabo por la mañana del día de la Virgen del Valle, cuando se celebra la solemne función eucarística en su honor que termina, además, con una tradicional ofrenda floral del alcalde de la ciudad a la imagen de la Virgen.
La procesión de Nuestra Señora del Valle da lugar a una curiosa solidaridad entre hermandades y parroquias. En la novena previa hay comitivas que procesionan desde cada iglesia hasta la parroquia de Santa Cruz, sede canónica de la patrona.
Una cuadrilla de 40 costaleros que pertenecen a diferentes hermandades de la ciudad portan la imagen de la Virgen. El capataz, además, es un hermano de la cofradía de San Juan, pero todos olvidan partidismos y colaboran "para llevar la imagen de Nuestra Madre en su día", enfatiza un miembro de la hermandad de la Virgen del Valle.
El próximo año se cumplen diez de la coronación canónica de la patrona. El 9 de septiembre de 1999, en una ceremonia multitudinaria presidida por el entonces arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, le fue impuesta a la patrona de Écija la corona y el título de Virgen del Valle Coronada que lleva desde entonces.
"Detrás de esta coronación hubo mucho trabajo e ilusión desinteresada por parte de todos", enfatizan miembros de la hermandad, que recuerdan que la ceremonia tuvo el apoyo del clero de Écija, del Consejo de Hermandades y Cofradías y del Ayuntamiento, además del trabajo voluntario de muchos vecinos y asociaciones. El acontecimiento se vivió con una celebración eucarística multitudinaria en el parque de San Pablo, la mayor zona verde de la ciudad.
