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La paz agosteña rota por un crimen

En la comercial y concurrida calle de Ingeniero la Cierva no se hablaba ayer de otra cosa, que no fuera la muerte de Rafael.

el 06 ago 2012 / 19:47 h.

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"¿Qué si nos hemos enterado de algo? Si la gente no para de hablar de eso, no se habla de otra cosa?", afirma la dueña de un papelería situada prácticamente frente al contenedor en el fue a estrellarse Rafael la noche del sábado. Ellos, como gran parte de los comerciantes, se han visto sorprendido con la noticia al abrir sus locales, aunque muchos de ellos se han enterado por los medios de comunicación. "No estábamos aquí porque a esa hora estamos cerrados, pero nos han contado cómo pasó", afirma.

Ella conocía al chico de vista, ni siquiera sabe su nombre, como gran parte de los comerciantes de por allí. Y es que, aunque el joven era del barrio, había abierto el comercio hacía poco tiempo y no habían entablado amistad con él. De hecho, en la frutería más cercana su zapatería tampoco sabían cómo se llamaba el fallecido, "venía aquí alguna vez y su madre también a comprar fruta", dice la dependienta. Ella se encontró el sábado cuando regresaba a casa con la gran cantidad de policías que coparon la calle, "pero no sabía ni lo que había pasado, ni que había muerto el chico de aquí".

La calle es la más comercial y la más concurrida del barrio y en ella el ambiente diurno es trepidante. Eso sí, al ser agosto hay menos gente y algunos comercios estaban cerrados por vacacaciones y hasta era posible aparcar en la calle, misión imposible el resto del año. Algunos comerciantes lamentan lo ocurrido y dicen que últimamente "está habiendo problemas con la droga, sabemos que se vende por aquí". Ellos también se quejan de la venta ambulante ilegal en toda la calle y esperan que esto alerte a la Policía, "porque incluso hay carteristas".

El presidente de los vecinos, Juan Gallardo, en cambio, destaca que este crimen "es un hecho puntual que podría haber pasado en cualquier sitio. Si alguien se junta con malas compañías, sea de donde sea, le puede pasar esto". Él lamenta que ahora la imagen del barrio se vaya a ver perjudicada "tras tantos años de lucha", ya que "son tres o cuatro los que pueden manchar el nombre del barrio. "Tenemos mucha inmigración, pero nunca hemos tenido problema, porque se ha integrado perfectamente", añadió.

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