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La paz política lograda tras el 22-M

Aunque hay muchos pactos pendientes, los más conflictivos en la provincia han desaparecido después de que los habitantes se decantaran mayoritariamente por una única opción política.

el 25 may 2011 / 20:07 h.

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Agüera, cuando tomó posesión en 2009, algo que desató el conflicto entre PSOE e IU en varios frentes.

Las urnas enterraron el hacha de guerra en los pueblos más conflictivos de la provincia. Tras cuatro años de peleas internas, rupturas de pactos y hasta amenazas y encierros, la ciudadanía se ha hartado y, por lo general, ha decantado la balanza hacia el alcalde que ha sufrido la inestabilidad de un Ayuntamiento que, en un momento del mandato, se encontró minoría. Camas , La Algaba, El Coronil, Osuna, Badolatosa, Castilblanco de los Arroyos y hasta Bormujos son ejemplos de cómo el voto finiquita una pelea que los políticos no supieron terminar. Salvo Bormujos, el resto de los regidores se hallaron con la sorpresa de mayorías absolutas que les permitirán, al menos, afrontar los cuatro años sin turbulencias ni cortapisas a su programa.

Esa ansiada estabilidad era la que pedía a gritos Camas, un municipio sacudido en una maraña de escándalos desde hace más de cinco años. La presunta compra del voto a una edil -el llamado Caso Camas - y en la que se vio implicado el por aquel entonces alcalde, Agustín Pavón, fue el inicios de una espiral de traiciones que se resolvió con dos pactos frustrados IU-PP, la división de la coalición de izquierdas y un gobierno en minoría del PSOE.

La calma llegó con las urnas, que le otorgó la mayoría absoluta al actual alcalde, Rafael Recio , para sorpresa incluso de los propios socialistas, que creían que la trama de las prejubilaciones irregulares -con militantes de Camas implicados- le haría perder votos y no ganar un gobierno en solitario que no tenían desde 1995. "Aquí no hay excusas y vamos a aprovechar estos cuatro años de estabilidad tras tantos pactos antinatura y casos de transfugismo", explicó Recio, que ha sido la comidilla de todo el PSOE sevillano, que se ha llevado en Camas, quizás, una de las pocas alegrías.

Como dos gotas de agua, La Algaba sigue el patrón del Consistorio camero. Tanto PSOE como IU han mantenido una guerra encarnizada por el poder -estaban empatados en concejales-, que se acrecentó en 2009, cuando se fraguó la moción de censura contra el exalcalde, José Luis Vega (IU). El socialista Marcos Agüera tomó la Alcaldía, pero a costa de un escenario bélico que sólo el 22-M determinó un ganador. El PSOE se alzó con la mayoría absoluta que "avala la gestión hecha", pero "no es un cheque en blanco" para Agüera, que busca relanzar este pueblo como "no se hizo ni en la Expo ni en el boom inmobiliario".

Pero si hay un lugar donde el electorado se movilizó para apaciguar la crispación fue en El Coronil. Más de un 87% de participación avaló la reelección de Jerónimo Guerrero (PSOE), ya sin los pactos que llevaron a una rebelión en el pueblo. Hace cuatro años, el empate a concejales entre IU y PSOE llevó a los segundos a aliarse con el edil independiente del MAIN, formado por una escisión de IU, para garantizar la estabilidad política. Pero sólo fue la chispa que encendió la llama: representantes del antiguo Sindicato de Obreros del Campo (SOC) asediaron la casa del concejal al grito de traidor. Tras consumarse el pacto, se sucedieron las denuncias, los encierros en el Ayuntamiento y dos huelgas. "Fue duro pero el pueblo ha votado por la tranquilidad", aclaró Guerrero.

Estos mismos actores, PSOE e IU, también chocaron en Osuna. Pactaron, pero en septiembre de 2009 la coalición de izquierdas abandonó el equipo de gobierno aludiendo a saber el destino final de la finca de Las Turquillas, aunque en el trasfondo coleaba la moción perpetrada por los socialistas en La Algaba. Después quisieron regresar, pero la regidora, Rosario Andújar (PSOE), ya les había cerrado la puerta: estarían en una minoría que acabará el día 11, ya que los ursaonenses le dieron "la mayoría absoluta tras 20 años sin tenerla", como aclaró Andújar, ilusionada tras haber puesto fin "a una etapa tan convulsa". Badolatosa, también involucrada en la guerra PSOE-IU, se resolvió también a favor de los socialistas, tras quedar apeados en 2009 tras una nueva moción de censura.

"Han sido cuatro años duros", admite el alcalde de Castilblanco de los Arroyos, Segundo Benítez (PSOE), al que la ciudadanía también le dio la mayoría tras una legislatura pactando con un PP que al final se fragmentó y con la incisiva oposición del NIVA de Manuel Ruiz Lucas. Esa lucha se decantó a favor de los socialistas que, aunque lo parezca, no siempre salieron victoriosos: ahí están los casos de Écija o Carmona.

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