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La pelota en su tejado

Queda claro que uno no puede comprar si el otro no quiere o no puede vender. Si se trata de querer, nada como ponerle precio a la casa e intentar rematar la operación con algún inversor.

el 16 sep 2009 / 04:20 h.

Queda claro que uno no puede comprar si el otro no quiere o no puede vender. Si se trata de querer, nada como ponerle precio a la casa e intentar rematar la operación con algún inversor. Pero si se trata de poder, es todo más complicado, porque el que quiera las llaves del piso, querrá saber cómo están los bajantes, si los pilares son sólidos y si la estructura ha sufrido algún desperfecto. Y da la impresión de que la propiedad no está por la labor de llegar a ningún acuerdo, aunque en alguna intervención radiofónica lo haya dejado caer, e incluso le haya puesto precio al tema.

El punto de inflexión de este galimatías se produjo en la noche de ayer en Sevilla. Parte de la comunidad de vecinos, parte importante por cierto, ha manifestado que no quiere que sus destinos sigan ligados a lo hasta ahora conocido. Y la presión la tiene ahora quien posee las escrituras del piso. Se desconoce qué decisión adoptará, pero seguir conciliando el sueño bético en esas condiciones debe ser complicado.

Periodista. shachuel@unionradio.es

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