La decisión de Bruselas de suspender el pago de la contraprestación económica que percibe Mauritania por el acuerdo pesquero suscrito por ambas partes pondrá en peligro la actividad de los 30 barcos que operan en el país africano. El consejero de Agricultura, Martín Soler, reclamó ayer un margen de tiempo antes de que la Unión Europea dé por concluido este acuerdo de pesca y que, en caso de que se finalice, se pongan a disposición del armadores y tripulantes las ayudas necesarias.
Soler, con todo, llamó a "esperar" y a "tener un poco de calma" para decidir la posible actuación europea en este sentido y apostó por "no ligar el conflicto político a la ruptura de un acuerdo" que, según mantuvo, "costó mucho lograr".
Tanto el secretario general de Pesca, Juan Carlos Martín Fragueiro, como los consejeros de pesca de las comunidades autónomas mostraron ayer en Madrid durante la celebración de la Conferencia Sectorial de Pesca su preocupación ante esta decisión de Bruselas.
Martín Fragueiro indicó que la decisión de Bruselas se deriva del golpe de estado que Mauritania sufrió a principios de agosto y a la aplicación de la legislación comunitaria que prohíbe dar apoyos económicos a aquellos países donde no se garantizan los derechos humanos.
El secretario general de Pesca indicó que la suspensión por parte de la UE del acuerdo con Mauritania está vinculada a que se restablezcan situaciones de normalidad democrática y de respeto a los derechos humanos.
Esta decisión podría suponer el cese de la actividad de la flota comunitaria en este caladero, de vital importancia para la flota cefalopodera española.
Las responsables de Pesca de Galicia y Canarias -dos comunidades directamente afectadas por el riesgo de que cese la actividad pesquera de la UE en Mauritana- alertaron también sobre las consecuencias de la decisión europea. La consejera de Galicia, Carmen Gallego, pidió respetar la decisión comunitaria pero destacó la necesidad de mantener la actividad de la flota en estas aguas, mientras que su homóloga en Canarias, Pilar Merino, puso de relieve la necesidad de mantener, al margen de los criterios meramente políticos, el contenido del acuerdo de pesca con Mauritania para que la flota española pueda seguir faenando.
